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TANIA AGÚNDEZ
Jueves, 2 de mayo 2013, 09:28
Grafitis en las casetas del parque, diversos robos de materiales y roturas en las instalaciones realizadas en las márgenes del río Guadiana. Estos son algunos de los destrozos que han registrado las obras que se desarrollan en el entorno del cauce. Desde que comenzaran los trabajos para adecentar las orillas del Guadiana y convertirlas en un parque para el uso y disfrute de los ciudadanos, la intervención se ha visto afectada por numerosas agresiones.
Los ataques vandálicos se extienden a lo largo de los 14 kilómetros que abarca la actuación y se empiezan a perpetuar en el tiempo. Los vándalos han empezado a cebarse con los elementos e instalaciones recién levantadas.
Las casetas del parque ubicadas en la parte derecha del Guadiana han sido las últimas construcciones en sufrir estropicios. En algunas de ellas han realizado pintadas y grafitis. Estos hechos no anulan la función de estos elementos ni los inhabilitan, pero los degradan.
Estas casetas sirven para alojar los elementos precisos para realizar el riego del parque, con agua procedente del propio río. Así, contienen diversos equipos como válvulas, filtros, caudalímetro y cuadros eléctricos, que no pueden estar a la intemperie. «Por ese motivo se guardan en estas garitas. Son, de hecho, imprescindibles para el parque. En las zonas verdes de Mérida, tanto la del Guadiana como la del Albarregas, hubo que hacerlas igual», explican desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), promotora del proyecto de ordenación..
En el parque de la margen derecha hay tres zonas de riego, y por tanto tres casetas. En el parque de la margen izquierda habrá otra. Al menos una de las dispuestas en la margen derecha, concretamente la que se sitúa entre el puente de Palmas y el puente de la Universidad, ya ha sido pintada con grafitis afeando y deteriorando su imagen.
El vallado metálico
Pero no son las únicas piezas que ya han sido víctimas de la amenaza vandálica. El vallado metálico que funciona del cerco del parque de la margen derecha también ha sido destrozado en numerosas ocasiones. Desde la Confederación afirman que este cerramiento ha sido fracturado y roto en diversas ocasiones. «Esta valla que aísla la zona de obras está evitando que los daños sean aún mayores, porque limita el paso de las personas ajenas a la obra», aseguran desde dicho organismo.
El vallado perimetral ejerce de barrera y restricción de paso al público. Al menos, ese era su cometido, pero no siempre se consigue. La Confederación Hidrográfica reconoce que el intrusismo en la zona objeto de la intervención se produce asiduamente. «Podemos hablar de tránsito de ganado, sobre todo ovejas y cabras, y perros, como galgos, por las áreas de obra», señalan.
Estos hechos obstaculizan el trabajo de las máquinas y los operarios encargados de trazar los caminos peatonales y de ciclistas, así como de los instaladores del sistema eléctrico. Igualmente, los jardineros necesitan no tener interferencias para realizar la plantación de especies ribereñas en las orillas.
Los sabotajes y el robo de los materiales de construcción también son frecuentes. La sustracción de hierros, cables eléctricos, tuberías, herramientas así como otras piezas pertenecientes al sistema de riego o alumbrado están a la orden del día.
Son daños que afectan directamente al proyecto de recuperación de las orillas del río e indirectamente a la imagen de la ciudad. «Estos son algunos de los problemas más importantes que se están encontrando las obras, pero creemos que pueden ir a peor a medida que se vayan colocando más elementos», manifiestan desde la Confederación.
Estos continuos asaltos generan inconvenientes en el transcurso de las labores. Todo el material robado o piezas rotas tienen que ser repuestas, lo que conlleva un encarecimiento de la actuación. Otra de las cuestiones que más preocupa a la Confederación es el retraso que sufre el proyecto, ya que los destrozos obligan a los operarios a volver a trabajar sobre zonas o partes del parque que ya estaban concluidas.
Por otro lado, los daños que se cometen con estos actos vandálicos producen un grave deterioro y una evidente degradación del proyecto incluso antes se esté finalizado. Esto genera una situación que hace a la Confederación Hidrográfica del Guadiana y a muchos ciudadanos temer que el parque permanezca durante muy poco tiempo en buenas condiciones.
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