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E. F. V.
Viernes, 3 de mayo 2013, 09:50
La colaboración de un ciudadano que frecuenta la zona conocida como Malos Caminos ha permitido intervenir 220 kilos de carne de pollo para consumo humano que eran transportados en el maletero de un coche sin respetar las mínimas condiciones de higiene y conservación exigidas por las normativas sanitarias.
La intervención se produjo gracias a la colaboración de un ciudadano que observó un trasvase de mercancías desde un camión frigorífico hasta un vehículo particular. Ese intercambio se produjo en la zona de Malos Caminos y la Policía Local estableció un dispositivo de vigilancia que dio sus frutos durante la mañana del martes.
Los agentes detectaron ese día la llegada de un camión frigorífico procedente de Portugal. Pocos minutos después se aproximó también un turismo y fueron descargados los pollos del camión e introducidos en bolsas de basura que fueron almacenadas en el maletero del coche.
El automóvil carecía de dispositivo de refrigeración, por lo que la Policía Local decidió seguirlo hasta la carretera de Sevilla, donde decidieron interceptarlo. De forma paralela, dieron aviso a los servicios veterinarios de la Junta de Extremadura, cuyos especialistas levantaron un acta de denuncia contra el conductor tras observar que las condiciones higiénicas en las que se realizaba el traslado no eran las adecuadas.
Los veterinarios de terminaron que la carne debía ser destruida. Gestiones posteriores permitieron confirmar que el destino de ese cargamento era una pollería ubicada en la localidad pacense de Azuaga.
La zona en la que se realizó esta operación se conoce como Malos Caminos, que se ubica entre el campo de fútbol del Nuevo Vivero y el Complejo Alcántara.
En esa área hay un camino poco transitado, razón por la que debió ser elegida para realizar el traspaso de la mercancía sin levantar sospechas.
Los agentes también inspeccionaron el camión del que procedían los pollos, pero cumplía con las normas sanitarias. Tan sólo se detectó que el conductor carecía del carné de manipulador de alimentos, un hecho que fue denunciado. Del mismo modo se formuló otra denuncia por hacer una venta ambulante.
Alimentos en mal estado
Este servicio fue llevado a cabo por la Unidad de Cometidos Especiales Y Consumo (UCEYC) de la Policía Local de Badajoz y por el Grupo Operativo Charly de este mismo cuerpo policial.
No es la primera operación que realiza la UCEYC contra el transporte de alimentos de forma inadecuada. En octubre de 2011 localizó un vehículo particular que surtía de pan a varios comedores escolares de la ciudad. Luego se comprobó que era el empleado de una empresa panificadora que atendía a 20 centros escolares de la capital.
«El conductor manipulaba con sus propias manos el pan, introduciéndolo en sacos que posteriormente depositaba en los comedores escolares. Todo ello en la vía pública y sin guardar las debidas precauciones en su manipulación», explicó entonces la Policía.
Sólo un mes antes, también intervinieron un cargamento de pan y repostería procedente de Portugal que era transportado en una furgoneta que no reunía las condiciones higiénico sanitarias reglamentarias. En este caso, los alimentos iban sin protección alguna y sin refrigerar a pesar de haber sido elaborados con cremas, nata y huevo, y al lado habían sido depositadas varias cajas de cartón previamente recogidas del suelo.
En estos tres servicios tomaron parte los veterinarios de la Junta de Extremadura por ser los encargados de controlar el cumplimiento de las normas higiénico-sanitarias.
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