Miles de personas llenan la Plaza Alta de color en la Fiesta de Los Palomos

Más de 8.000 personas acudirán hoy a la Plaza Alta de Badajoz para celebrar la tercera edición de Los Palomos. El ambiente de esta fiesta, que reivindica la igualdad de derechos para los gays, las lesbianas, los bisexuales y los transexuales, ya se dejó sentir ayer en la ciudad con lleno en las terrazas del centro y una elevada ocupación hotelera.

La gran cita, sin embargo, llega hoy. Se espera que miles de personas conquisten el centro de la ciudad desde el mediodía. A partir de las cuatro de la tarde se iniciarán las actuaciones en la Plaza Alta con música de la mano de distintos dj. El momento cumbre será a media tarde con la llegada de la 'Caravana de los palomos' desde Madrid. Tras las intervenciones de distintos colectivos tendrá lugar el concierto de Bebe y de nuevo música hasta altas horas de la madrugada.

Un urinario por cada 2.000

El Ayuntamiento de Badajoz indicó ayer que esperan la llegada de al menos 8.000 personas, igual que en ediciones anteriores. La portavoz municipal, María José Solana, explicó que para la ciudad es un momento importe y una oportunidad para dar una buena imagen.

La nota polémica, sin embargo, se debe a los urinarios públicos. Solana indicó ayer que finalmente sí se instalarán pero solo cuatro unidades, dos en la Plaza Alta y dos en San Juan. Los hosteleros de la zona se habían quejado por la gran afluencia de público que usa sus baños en esta fiesta por lo que el Consistorio ha instalado estos retretes. El problema es que suponen una media de 2.000 usuarios por urinario por lo que será complicado que cubran la demanda.

Una novedad en esta edición es que la policía pretende controlar el aforo de personas para evitar que la Plaza Alta se colapse. Según la portavoz municipal el objetivo es que no haya más de 6.500 personas a la vez en esta plaza. Para compensar este año la fiesta se ha extendido a la Plaza de San José que contará también con sonido y dos barras para celebrar Los Palomos. Los accesos a esta segunda plaza, eso sí, también estarán controlados por la Policía. Además de controlar el aforo pretenden evitar que esta celebración se convierta en un botellón por lo que impedirán el acceso a la plaza con botellas u objetos peligrosos.

Hay que recordar que debido a esta fiesta toda la zona monumental estará prácticamente cortada al tráfico y desde ayer está prohibido estacionar en los alrededores.

La faceta más positiva de esta celebración, que se consolida en su tercer año, es que la ciudad recibe a miles de visitantes. «La satisfacción es que en los hoteles hay una ocupación altísima», destacó ayer María José Solana que matizó que es una promoción muy positiva para la ciudad.