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Sábado, 4 de mayo 2013, 20:52
Francisco Javier Gutiérrez Jaramillo lleva en la muñeca la pulsera conmemorativa de la Coronación de la Virgen de la Soledad. Fiel a la patrona de Badajoz, cree que la Virgen de Bótoa - la co patrona de la capital pacense- está presente en todas las casas de la ciudad. Una medalla, una cinta azul y blanca o una estampa descansa en algún rincón de cada hogar. En su caso, guarda una caja con los recuerdos.
El concejal de Juventud pacense considera un orgullo la invitación para pregonar la romería de Bótoa y confiesa que no son pocos los fines de semana que se acerca a la ermita en bici.
-¿Cuáles son sus primeros recuerdos en la romería?
-No son muy nítidos, pero me acuerdo de ellos si veo las fotos o lo que me cuentan mis padres. Así me retrotraigo a una época en la que me veo a los pies de la ermita y observando la procesión. Mi padre también tuvo mucha devoción a la Virgen y tenía la costumbre de ir. Aunque es cierto que en casa respetábamos la tradición a medias, porque su trabajo no le permitía ir todos los años y en ocasiones celebrábamos el día de Bótoa en otros campos. Antes era frecuente ir por Bótoa a San Isidro y a San Isidro por Bótoa, así se buscaba una buena sombra. Esa relación se paró durante unos años y a partir de los 17 recuperé la costumbre con mi pandilla. Montábamos una pequeña caseta privada al amparo de la del padre de unos amigos, porque nuestros recursos eran mínimos. Organizábamos un toldo, con una barra de chapa, un grifo de cerveza y un grupo electrógeno. Ahí volví a tener relación con la romería e incluso hacíamos acampada. Desde entonces, la relación ha sido permanente. Después, llegó el turno de participar en la caseta de los costaleros de la Soledad con el fin de recaudar fondos para diversos enseres. El llamador actual del paso de la Virgen de la Soledad, por ejemplo, lo compramos gracias a los fondos que conseguimos. El último año destinamos el dinero al paso del Ecce Homo. Acudí también a la procesión como miembro de la Junta de Gobierno de la Soledad. Y ya como concejal, a partir de 2008, no solo he vuelto sino que hasta un año entregué el ramo a la Virgen, algo que hasta ese momento siempre habían hecho mujeres del Gobierno local.
-Ha hablado de su padre, ¿fue él quien le inculcó la devoción por la Virgen?
-Quizás sí. La devoción a la Virgen María me viene por la Soledad y también por afinidad con la Virgen de Bótoa. Quiero decir que mi devoción a la Virgen de Bótoa es fácil, porque tengo devoción mariana. Siempre me he sentido atraído por la Virgen. En el bar que tenía mi padre siempre he visto el cuadro de la Virgen de Bótoa. También me viene por tradición familiar y popular. Y más en una romería tan importante como la de Bótoa.
-Por lo que ha dicho, suele ser fiel a la cita.
-Quitando algunos años, cuando era más pequeño, porque a veces mi padre tenía trabajo. A partir de ahí, la relación ha sido permanente. Sigo yendo incluso en algún paréntesis entre que la Hermandad de la Soledad deja de poner la caseta y entro en el Ayuntamiento. La relación sigue siendo ir todos los domingos a la procesión y a pasar el día de campo.
-¿Qué no se pierde nunca de esta romería?
-El domingo. Lo que me gusta es la salida de la Virgen de la ermita. También la suelo ver entrar, aunque alguna vez me la he perdido. Algunos años he ido el sábado e incluso con los amigos desde el viernes por la noche.
-¿Cómo se plantea este año la cita? ¿Cambiará algo al ser su pregonero?
-Será diferente, como ya me ocurrió en la Semana Santa del año 2012, que también pregoné. Lo planteo con la responsabilidad que te dan porque sé que se trata de un momento especial. Los anteriores pregoneros están muy puestos en la historia de la Hermandad y tienen más dotes que yo. Aun así, haré lo mismo que siempre: trataré de quedarme a pasar el día con mi familia y los amigos.
-Para los que no pudieron escuchar su pregón la pasada semana, ¿de qué habló?
-De mis recuerdos, mis sentimientos y mi devoción a la Virgen, tanto a la Soledad como a la de Bótoa. Expliqué cómo la descubrí. Todo desde la humildad, porque no quiero ni puedo emular pregones anteriores.
-Bótoa es la co patrona de la ciudad, ¿se nota su influencia?
-Para mí, que soy un hombre de Semana Santa, son muy desconocidos algunos aspectos de Bótoa. Aún así, su hermandad es más antigua que la Soledad y tras ella es la Virgen que más devoción despierta en la ciudad. En todas las casas hay algo de la Virgen de Bótoa: una estampa, una medalla o los libros de Diego Barrena y María Dolores Gómez Tejedor que tratan la historia y la devoción a la Virgen. En el coche llevo la cinta blanca y azul de la Hermandad. Desde hace años, aprovecho el domingo de la romería y compro en Bótoa el periódico HOY. Así consigo recuerdos de la Virgen, como la medalla o la pulsera.
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