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David Barcenilla, presidente de la Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres. :: LORENZO CORDERO
«No se puede decir que la Agrupación esté politizada»
CÁCERES

«No se puede decir que la Agrupación esté politizada»

El representante vecinal cree que los políticos municipales apenas hacen caso a las propuestas que llegan desde las asociaciones David Barcenilla Presidente de la Agrupación de Asociaciones de Vecinos

PABLO CALVO

Domingo, 5 de mayo 2013, 13:17

La Agrupación de Asociaciones de Vecinos de Cáceres ha puesto en marcha una campaña con la distribución de 4.000 trípticos informativos con el propósito de fomentar la participación ciudadana.

- ¿Cuál es el estado de salud del movimiento vecinal en Cáceres?

- Estamos estrangulados sobre todo económicamente, pero seguimos vivos, cada vez con más dificultades, pero convencidos de que las asociaciones de vecinos van a ser muy importantes, no solo aquí, sino también a nivel estatal. De hecho ya lo están siendo.

- ¿Canalizan bien la queja del ciudadano?

- Son las únicas asociaciones que realmente están velando por los intereses generales de los ciudadanos. Está todo tan fragmentando entre asociaciones culturales, de mujeres, de jóvenes, de discapacidad... parece que a cada una solo le importa su ámbito y se estaban descuidando los asuntos generales de los vecinos.

- ¿Qué tipo de quejas y peticiones llegan?

- De todo. Hay mucha gente que acude ahora a las sedes de las asociaciones de vecinos a plantear cuestiones que no solo afectan a su barrio. Por ejemplo, se están recibiendo quejas por el traslado de las dependencias del IMAS, que afecta a varias barriadas de Cáceres, el tema del autobús urbano, en su momento fue también la subida del agua, la dinamización de la ciudad... de hecho estamos pensando en crear una plataforma que reúna no solo a asociaciones vecinales, sino también a otro tipo de colectivos para que resurjan en Cáceres cosas que se han ido perdiendo.

- ¿Cuáles?

- El carnaval, por ejemplo, la dinamización de la juventud que no tiene casi alternativas de ocio, empujar desde la calle para que la ciudad no siga apagada.

- ¿A las asociaciones de vecinos llegan peticiones de personas que buscan empleo?

- Es cierto que a nivel estatal (Barcenilla pertenece a la ejecutiva nacional) se está intentando crear oficinas vecinales de colocación de forma altruista, pero es una idea aún incipiente, no está desarrollada.

- ¿Se han recortado las subvenciones?

- Las asociaciones de vecinos, en contra de lo que pueda pensar mucha gente, somos el colectivo que menos ayudas recibe, sin duda. Ahora mismo, las partidas del Ayuntamiento, de la Junta, de la Diputación son ridículas, en el caso de que existan.- - ¿Pero de qué cantidades hablamos?

- Hay una partida presupuestaria municipal de 65.000 euros para 30 asociaciones. La Agrupación de Vecinos no cubre, con la parte que le corresponde, ni el 20 por ciento de su gasto. Recurrimos a ingresos propios y a las cuotas anuales de las asociaciones, y con eso vamos tirando. Ahora lo que estamos haciendo es invertir en equipos de sonido y cosas similares para que las asociaciones de vecinos no tengan que pedir el dinero, porque no se lo dan.

- ¿Cuál es el ambiente interno de la Agrupación, están todas las asociaciones?. En un periodo determinado hubo divisiones internas.

- Ahora mismo hay una unión total se puede decir. Excepto dos casos, están todas las asociaciones en la Agrupación, y otras no están porque se hallan inactivas. Las que no pertenecen es por cuestiones estatutarias, porque los estatutos impiden que el mismo ámbito territorial esté representado por dos asociaciones para que no se duplique el voto. Esto es verdad que algunas asociaciones no lo entienden.

- ¿Eso ocurre en la Madrila?

- En Aldea Moret; en la Madrila ocurrió en su momento. Es un artículo que aprobamos el año pasado porque se daban conflictos. En un barrio pueden surgir tres o cuatro asociaciones de golpe, y eso no puede ser. De esta manera también fomentamos que las asociaciones se unan. Llevamos tiempo en esta línea, pero el Ayuntamiento no lo está facilitando porque hace un reparto de subvenciones y una bases que posibilitan que cualquiera en Cáceres constituya una asociación y tenga derecho a pedir una subvención. Es el divide y vencerás.

- ¿Eso cree?

- Si, pero no solo este Ayuntamiento, lo hacen todos.

- ¿Los políticos hacen caso a los representantes vecinales, se sienten escuchados?

- No. Más allá de la relación que podamos tener con el concejal, que es buena, las políticas de participación ciudadana las marca el equipo de gobierno y esas políticas no tienen nada que ver con la participación real. Se están siguiendo los protocolos, no lo niego, se convocan los consejos sectoriales, nos llaman al consejo económico y social, nos reúnen para explicarnos el tema del autobús, pero a la hora de la verdad las propuestas que estamos haciendo no son escuchadas. Tampoco lo eran antes. No quiero yo cargar contra el gobierno actual... es que nunca ha habido cultura participativa en el Ayuntamiento. Lo que hay es que el alcalde llega a un barrio y dice: «Mañana te pongo este bordillo», pero eso no es cultura participativa, sino escuchar a la gente y estudiar sus propuestas para ver si son viables.

- ¿Qué problemas tienen los cacereños?

- Bueno, aparte de las subidas de las tarifas de agua y bus, el problema más grave ahora es el empleo y también la vivienda, sin duda. Nosotros abanderamos en la ciudad la ILP (iniciativa legislativa popular) más que la Plataforma de afectados por la hipoteca. Las 3.000 firmas que se recogieron en la calle las recogimos las asociaciones de vecinos. En cuanto al bus, hicimos una serie de propuestas de líneas, servicios especiales, etcétera, hace año y medio para un mejor funcionamiento, pero no nos han hecho caso. Sí nos escucharon con la tarifa del bono mensual, que en lugar de subir a 31 euros se quedó en 27 como solicitamos.

-¿Los representantes vecinales quieren ser concejales, tienen síndrome de concejal?

- En otra época, a lo mejor, pero no se puede decir hoy que la Agrupación de Vecinos esté politizada. Se puede estar más o menos de acuerdo con lo que hacemos, pero no arrimamos el ascua a ninguna sardina. ¿Nos sentimos concejales? Lo que puedo decir es que no entenderé nunca que alguien forme un equipo de gobierno con personas que no han tenido antes un recorrido social. Yo creo que quienes sí han tenido ese recorrido, en cualquier ámbito, en la cultura, el deporte, las oenegés... es legítimo que se cuente con ellos para una institución porque disponen de un aval y llegan con una garantía de conocimiento. Pero, al contrario, los que llegan, salvo raras excepciones, son personas que no han tenido antes vínculos con lo que luego van a hacer en el Ayuntamiento. Pero esto no quiere decir que la gente quiera ser concejal, a lo mejor eso era antiguamente, aunque sí se produce tampoco debe ser un tabú. El que no lo quiera entender, que no lo entienda.

- ¿Es difícil encontrar ciudadanos que se impliquen de verdad en las asociaciones de vecinos más allá de la queja en la barra del bar?

- Sí. Las verdad es que llevamos mucho tiempo lamentándonos de que la gente no participa, pero nos hemos dado cuenta, y hemos tardado, de que quizás es culpa nuestra.

- ¿Por qué?

- Porque no hemos difundido bien el movimiento vecinal y la gente puede tener una imagen confundida de lo que es una asociación de vecinos. Piensan que a lo mejor es el guarda del barrio que llama al Ayuntamiento de vez en cuando para que arreglen una papelera o quien hace las fiestas para los niños del barrio. Es algo más, son las personas que están preocupadas por los asuntos sociales importantes y son una buena herramienta para llegar al Ayuntamiento y hacer más fuerza, también de cara a la opinión pública. Por eso hemos comenzado la campaña, que no va a ser puntual, la vamos a mantener en el tiempo sobre todo para llegar a los jóvenes, porque la gente joven no tienen ni idea de qué es una asociación de vecinos. No esperamos resultados de un día para otro, pero sí que se vayan incorporando poco a poco.

- ¿Cuánto tiempo hace que no habla con la alcaldesa?

- No, he hablado hace poco, la última vez fue en una visita a la Cañada, cuando coincidimos en algún acto. Reuniones formales sí hace tiempo que no mantenemos, pero no tengo problemas con ella. Tampoco los tuve con Carmen Heras.

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