Roban un pendiente a una mujer mediante el timo del abrazo

La Policía Nacional de Badajoz detuvo el miércoles a una mujer de nacionalidad venezolana como presunta autora de un robo con fuerza cometido mediante el timo del abrazo.

Los hechos ocurrieron el 20 de marzo cuando la víctima paseaba tranquilamente por la avenida Juan Sebastián Elcano junto a su marido. En ese momento fue abordada por la espalda por una mujer joven que la abrazó, le tapó los ojos e incluso hizo un guiño a su marido, todo ello en actitud sonriente, «por lo que pensaron que se trataba de una broma».

Acto seguido, la asaltante soltó a la víctima, que sintió un pequeño tirón de la oreja, y huyó corriendo de lugar.

En ese instante, la víctima se percató de que le había sustraído uno de sus pendientes, por lo que avisó al marido, que corrió tras la agresora hasta perderla de vista cuando giró en la calle la Maya.

La investigación policial ha permitido identificar plenamente a la autora de la sustracción, que fue detenida, y también ha sido recuperado el pendiente en una casa de compra-venta de joyas a la que se había dirigido la delincuente para vender la joya. La detenida es una mujer de 23 años de edad sin antecedentes penales.

La Policía Nacional advierte de que, en otras localidades, se han detectado robos con violencia o intimidación o hurtos de joyas y dinero a personas de edad avanzada siguiendo un modo de proceder similar, con abrazos y efusivas muestras de cariño para engañar a las víctimas, personas de avanzada edad, habitualmente mujeres, que acostumbran a llevar piezas de joyería.

En otras ocasiones, los timadores entablan una amable conversación con la que se persiguen ganarse la confianza de la víctima y, con la excusa de colocar bien el pañuelo que porta la señora en el cuello o algún complementos de la ropa, sustraen la gargantilla, pendiente, broche o cualquier otra joya, ya sea al descuido, ya sea con un pequeño tirón.

Estar alerta

Otras veces, los timadores solicitan a la víctima una firma a favor de alguna causa o le preguntan por una dirección, y cuando la víctima colabora, el timador intenta besarla o abrazarla en agradecimiento por ese acto, momento en que aprovechan para cometer el delito.