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ROCÍO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
Domingo, 12 de mayo 2013, 10:35
Recordó una frase de Machado que dice: «Si alguna vez estoy hambriento, no me de un pan, deme medio pan y un libro, porque el alma también hay que alimentarla» para reivindicar la importancia de la cultura en la actual crisis. «Un pueblo sin cultura es un pueblo explotado», añadió. Fueron algunas de las ideas que lanzó ayer Jesús García Calderón, el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que también es escritor y poeta. García Calderón volvió a su Badajoz natal para recibir un sentido homenaje de la Unión de Bibliófilos Extremeños (UBEx) dentro del programa de actividades de la Feria del Libro. El crítico Enrique García Fuentes fue el encargado de hacer un completo repaso por su obra literaria para destacar su poesía solitaria.
Hijo del escritor y periodista pacense Antonio García Orio-Zabala (al cual también se recuerda este año por celebrarse el centenario de su nacimiento, a él y a Antonio Zoido se les ha dedicado una exposición bibliográfica en San Francisco), Jesús García Calderón arrancó su conferencia asegurando que «si dices la verdad, no la repitas, porque quien repite miente».
Le dio a su discurso un tono comprometido y de reivindicación para dejar clara su postura ante la situación económica que está cambiando a la sociedad: «Las políticas presupuestarias han de tener en cuenta a la cultura como fuente de empleo». Y añadió que el sistema económico ha de apostar por las humanidades que, aunque no cotizan en bolsa, son fundamentales para la prosperidad. «Una sociedad sin conciencia está condenada al fracaso», sentenció.
Recuerdo familiar
Quiso recordar a su padre y a la biblioteca familiar en la que aprendió a amar la literatura. También rememoró aquellas «largas y apasionadas conversaciones sobre libros» que se hacían en el hogar. «He aprendido a vivir leyendo», aseguró.
García Calderón describió la lectura como un lugar al que llegar siempre que aparece la soledad y afirmó que «el tiempo de la lectura es un tiempo multiplicado».
Por eso, insistió en la importancia de gastar en cultura para evitar conflictos, la mediocridad y una política de subvenciones que no aplica criterios justos y que cambia según quien la lleve a cabo. «Es importante saber indignarse en la dirección adecuada», subrayó.
«Ayudemos al libro para ayudarnos a nosotros mismos», concluyó este poeta. Y se llevó un fuerte aplauso de los asistentes.
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