Piso con vistas a escombros

No pide una inversión para nuevas infraestructuras, dotaciones y servicios. Tan sólo exige que se cumpla la normativa en materia de limpieza de parcelas, control de escombros y actividades molestas o peligrosas, como la quema de neumáticos en el vertedero controlado de la antigua cantera de Aldea Moret. Es lo que expone un vecino del Junquillo, José Francisco Corrales, en un dossier de denuncia registrado en el Ayuntamiento con el fin de que la administración local tome medidas con la esperanza de que acabe el paisaje urbano de restos de obras y parcelas sin vallar y llenas de suciedad.

José Francisco Corrales es uno de los vecinos residen en el nuevo barrio del Junquillo, habitado desde el pasado mes de octubre. Son ya unas 400 familias.

Sin embargo, el residencial ha sido objeto de reivindicaciones por parte de sus vecinos, defraudados al trasladarse a una urbanización con carencias como el acceso peatonal o la falta de servicio de autobús urbano. Además, los compradores de estas las viviendas tuvieron que soportar retrasos en la entrega de las llaves por las deficiencias que detectó el Ayuntamiento en las obras de urbanización.

El denunciante matiza que es consciente de que «ni el Ayuntamiento de Cáceres ni los vecinos de esta urbanización son responsables de la ubicación de la misma al ser un proyecto heredado» y agradece «todas las acciones que se han realizado para este urbanización». Sin embargo considera que a los problemas heredados «también hay que darles solución».

En su dossier se refiere a la parcela del antiguo matadero, que sigue con restos de las antiguas instalaciones, a la espera de que algún día este terreno pueda ser sede de un centro comercial y de ocio: «es la primera visión que se encuentra cualquier visitante a Cáceres», denuncia Corrales, quien indica a continuación la existencia de un «vertedero habitual» en el terreno que sirve de linde de la urbanización y muy a la vista.

También se refiere a una parcela que cree de propiedad municipal por cesión y que sirve de vertidos de escombros y de material de depósito de una constructora que trabaja en un edificio.

Quema de neumáticos

El vertedero controlado de Aldea Moret, antigua cantera La Labradora, se encuentra cerca, el sur del Junquillo, y en el dossier se denuncia la continuidad de quema periódica de neumáticos y otros materiales de plástico, «que desprenden un humo altamente contaminante».

También denuncia la actividad de una perrera cercana, «con cientos de animales que emiten ruidos nocturnos, ladridos, y olores desagradables» a escasos metros del edificio donde reside el autor del dossier, en la calle Dalia.

Concluye que estos escombros, suciedad y actividades molestas y peligrosas rodean su residencial «en sus cuatro puntos cardinales», con lo que entiende que al ser lo primero que ven sus vecinos, «causan un gran impacto ambiental, molestias e insalubridad que desprestigia y estigmatiza negativamente a toda la urbanización y a la ciudad de Cáceres como Patrimonio de la Humanidad y excandidata a Ciudad Europea de la Cultura».