Carmen Posadas: «Aún quedan muchos detalles ocultos de la historia de los zares»

«Ésta es una profesión muy solitaria. Siempre me veo como un naúfrago que está escribiendo un mensaje en una botella y lo tira al mar. Nunca sabes a quién le va a llegar. Y cuando lo descubres, quieres saber qué le ha parecido». Así define Carmen Posadas (Montevideo, 1953) la sensación que le produce el encuentro con sus lectores. Ayer vivió algo similar a lo descrito en la Feria del Libro de Badajoz -en la que repite visita-, donde firmó ejemplares de su última obra, 'El testigo invisible', una novela histórica ambientada en la Rusia bolchevique.

La uruguaya asegura que escribir sobre este país era una asignatura pendiente: «Mis padres vivieron en Rusia cuatro años y yo me casé en Moscú». Reconoce que la historia de la muerte de los zares se ha contado muchas veces pero que cuando se puso a investigar sobre el tema descubrió que aún hay muchos detalles ocultos: «Por ejemplo, la muerte de Rasputín, la versión que ha quedado para la historia es la que contó su asesino, un relato muy rocambolesco, y ahora, tras la aparición de unos papeles de los servicios secretos británicos, parece que no fue así». Posadas narra en su obra su propia interpretación de los hechos.

El protagonista de su libro es Leonid Sednev, un deshollinador imperial y más tarde pinche de cocina que tenía quince años la noche del 17 de julio de 1918. Años después, cuando ya es anciano, empieza a ordenar recuerdos en su cabeza para componer aquella época.

Dice que este capítulo de la historia, junto con el hundimiento del Titanic y la vida de Jack El Destripador, son los episodios que más fascinación han causado a lo largo del siglo XX. De los mismos surgen muchas leyendas que dan para muchas versiones.