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JUAN SORIANO
Martes, 14 de mayo 2013, 09:37
Una ocasión de uno de los delanteros del Málaga en el último minuto del partido ante el Sevilla estuvo a punto de tirar por tierra un jugoso bote de 352.000 euros, pero falló un mano a mano ante el portero y el dinero se quedó en Mérida. La administración de lotería número 5 de la capital autonómica, situada en el centro comercial Carrefour, ha sellado el boleto que ha dado a un emeritense el único premio del Quinigol del pasado fin de semana.
Este juego consiste en acertar el resultado de seis partidos de la Liga de Fútbol Profesional. El apostante no solo debe afinar quién ganará, sino también si cada equipo marcará cero, uno, dos o más goles. Resultados como el empate a cero de Málaga y Sevilla y el empate a uno del Real Madrid en campo del Espanyol tenían pocas bazas a su favor, lo que dio más valor al premio logrado en Mérida y permitió conseguir el bote nacional. A eso se unieron resultados inesperados, como el 0-4 del Valencia en campo del Rayo Vallecano.
José Manuel Vargas, responsable de la administración número 5, señala que la apuesta se llevó a cabo a través de la página web de su empresa (www.comprarloteria.com), mediante una aplicación informática disponible en la página. Este sistema permite distintas combinaciones. «Cuando juegan por Internet suele ser gente que utiliza este tipo de programas», explica.
Vargas apunta que la apuesta mínima del Quinigol es de 1 euro. En este caso, resultó premiado un boleto de 6 euros (se encarece cuando se utilizan variantes y se opta por varias posibilidades) dentro de una partida general que costó 70 euros. El afortunado multiplicó su inversión por 5.000, aunque un buen pellizco, el 20%, será para Hacienda.
Un cliente habitual
El responsable de la administración número 5 señala que el emeritense que se ha llevado el premio es un cliente habitual, pero prefiere no dar más datos para no desvelar su identidad.
Debido a que los partidos de la liga se juegan en distintos días y a distintos horarios, cuando empezó el Málaga-Sevilla el apostante sabía que el premio estaba en sus manos si el partido terminaba empate a cero. «En el último minuto Baptista estuvo a punto de marcar un gol, pero falló y se puso como un loco», afirma José Manuel Vargas. «Después me llamó y vimos que había ganado el premio».
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