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A. B. H.
Martes, 14 de mayo 2013, 10:35
José María Capita Cascos tiene 28 años. Era camionero hasta que se quedó sin empleo a consecuencia de esta larga crisis económica. «Y cansado de buscar trabajo y no encontrar nada, decidí montar mi propio negocio», recuerda el hoy joven empresario.
El pasado mes de octubre abrió la Frutería Capi en la Ronda del Salvador. «Estoy contento con la decisión, la tomé porque no tenía otro camino, pero no me puedo quejar». Asegura que las cosas le van bien. No solo su frutería sigue abierta, sino que esta semana tiene previsto abrir una segunda, entre los barrios de Miralvalle y Rosal de Ayala. Y al frente de Frutería Capi II estará su mujer Rocío, de 23 años, convertida en autónoma-colaboradora. «Era camarera y también se ha quedado sin trabajo, por lo que también hemos apostado por continuar con nuestro propio negocio». Aunque asegura que «estar contratado por cuenta ajena es más cómodo y tranquilo, porque tienes un sueldo fijo, es cierto que con tu negocio el jefe eres tu y, por eso, tienes más libertad para organizarte».
En ambas constituciones José María Capita ha contado con el apoyo y ayuda de la Ventanilla Única Empresarial. «Es una herramienta imprescindible, desde luego la mayor ayuda con la que he contado, porque te prestan un asesoramiento gratuito hasta que abres». Garantiza que sin esta ayuda también habría abierto sus fruterías, «pero desde luego con muchas más dificultades y gastos».
Capita agradece por eso la puesta en marcha de un servicio administrativo que es una oportunidad para los emprendedores.
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