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Entrada al edificio de Reyes Huertas, antigua Consejería de Bienestar Social. :: MARISA NÚÑEZ
Vecinos de Reyes Huertas denuncian el abandono del bloque de la Junta
CÁCERES

Vecinos de Reyes Huertas denuncian el abandono del bloque de la Junta

El espacio que ocupa la antigua Consejería de Bienestar Social tiene las paredes repletas de grafitis, cristales rotos y los jardines son una selva

MANUEL M. NÚÑEZ

Jueves, 16 de mayo 2013, 10:45

Ocho escalones primero y trece después conectan el patio y la entrada principal a la antigua Consejería de Bienestar Social en la calle Reyes Huertas. Tienen un extraño tono negro. Los hay rotos. A los lados, el pastizal transforma lo que debía ser un envidiable jardín en pleno centro urbano en una selva repleta de hierbajos en los alrededores del edificio.

'La Casa Nuestra', se lee en letras con caracteres gigantes en color azul y rosa. Las cinco columnas de la parte superior presentan los mismos matices, con predominio celeste. Cristales rotos, grafitis y un cartel informativo de la Junta de Extremadura completan un escenario degradado. Nada que ver con una instalación pública en la que hasta 2011 se ofrecían servicios sociales y médicos. Los vecinos denuncian la situación y reclaman al Gobierno que actúe. Sin embargo, la crisis económica complica cualquier solución. Y más aún a corto plazo.

«Es una pena que lo tengan así. El deterioro del inmueble es imparable. Incluso ha debido venir alguna vez la Policía porque se habían metido dentro okupas. No se entiende que nadie haga nada», reflexiona Sara Cabrera.

La dueña de la frutería del barrio conoce bien el asunto del que habla. Lleva 12 años en Reyes Huertas. De hecho, en cuanto surge la conversación los propios clientes toman la palabra para reivindicar a la administración que no intensifique con su falta de acción el abandono que sufre el bloque. «Se notó mucho cuando lo cerraron. Es un trastorno para todos los que vivimos aquí. Al menos deberían arreglar los jardines. Están hechos un asco», lamenta Francisca Fernández, que vive en la acera de los impares solo un par de números más arriba de las viejas dependencias de Bienestar Social.

La imagen decrépita del edificio no tiene mucho que ver con su antigüedad. Se levantó en 1990 y cuenta con una superficie construida de 2.027 metros cuadrados sobre un total de 2.515. Pertenece al Gobierno extremeño, que ayer no respondió a la petición que le hizo este diario para explicar si tiene algún proyecto a la vista o si piensa actuar para detener la degradación. «Es triste que no lo abran. Sería muy beneficioso para todos los que vivimos o tenemos negocios aquí», destaca Sara Cabrera. Francisca Fernández incide en que no es solo la imagen estética que surge de las pintadas descontroladas en la fachada o los cristales rotos.

«Allí se hace de todo. Se bebe, se fuma, se organizan botellones en la parte de atrás y nadie vigila ni pone remedio. Hasta se han llegado a tirar colchones en el suelo», critica. A través del patio exterior se accede por unas escaleras a otras calles anexas como Médico Sorapán. A media mañana un grupo formado por una docena de jóvenes conversa tranquilamente con unas litronas de cerveza a su alrededor. Dos indigentes fuman ajenos a lo que sucede en el entorno. Mientras, los excrementos caninos se acumulan en el jardín exterior y dentro de la antigua consejería crecen lo mismo hierbas salvajes que margaritas a su libre albedrío. Por allí no pasa un jardinero desde hace años.

«La gente sigue viniendo a preguntar si está abierto», advierte Sara, la frutera. María Isabel González, embarazada, se siente afectada directamente. «Tenía aquí mismo planificación familiar y ahora me toca irme a la Mejostilla. No se entiende ni como la propia administración tiene así el edificio ni que se lleven todos los servicios del centro a las barriadas», se indigna.

La asociación de vecinos San Pedro de Alcántara plantea la cesión del inmueble para utilizarlo como sede. «No tienen ninguna y sería una alternativa, pero también lo era el uso cultural que se le iba a dar», analiza el presidente del movimiento vecinal, David Barcenilla.

Se refiere al centro multicultural que un colectivo local planteó a la anterior Corporación. No obstante, en 2012, el Ayuntamiento renunció a quedarse con el bloque por motivos puramente económicos. Eso sí, instó entonces a la Junta de Extremadura, como propietaria, a ocuparse de su mantenimiento. A la vista está que no lo hace.

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