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EVARISTO FERNÁNDEZ DE VEGA
Lunes, 20 de mayo 2013, 09:33
¿Cuál es la postura de la Iglesia ante el paro? ¿Y ante los recortes educativos? ¿Es conveniente que un bombero se niegue a participar en un desahucio? La respuesta a todas estas preguntas figura en un documento del Departamento de Doctrina Social del Arzobispado de Mérida-Badajoz que acaba de ser publicado.
Desempleo, corrupción, desahucios, inmigración, fracaso escolar... Son algunos de los aspectos abordados, aunque lo más novedoso está en la forma de tratar los temas. «El grito de los que ven peligrar su hogar y su vivienda nos ha de mover a tomar posturas activas y participativas. Debemos exigir a nuestros políticos que protejan con mayor fuerza a las familias», afirma el capítulo dedicado a la falta de hogar.
En ese apartado se apoya abiertamente la objeción de conciencia de los colectivos profesionales (bomberos, cerrajeros, abogados...) que rechazan participar en casos «sangrantes» de desahucios. «Hemos de sumarnos a toda reivindicación de justicia y dignidad para que hermanos nuestros no se avergüencen de lo que son: víctimas».
El director del Departamento de Doctrina Social es el sacerdote Francisco Maya, quien reconoce que algunas de las reflexiones coinciden con planteamientos de movimientos sociales tipo '15M' o 'plataformas antidesahucios', aunque con matices. «En alguna cuestión hay similitudes, pero no en los medios que deben emplearse. Nuestro documento defiende al débil y anima a participar en los movimientos sociales, pero no con medios violentos ni de acoso».
José Moreno Losada, responsable de la Pastoral Universitaria y miembro del Departamento de Doctrina Social, no se muerde la lengua al afirmar que «también es violencia cuando un banco desahucia a una familia sin considerar que ha llegado a esa situación porque se ha quedado sin trabajo».
Al hablar de la corrupción, el Departamento de Doctrina Social lamenta que esta lacra «afecta a la mayor parte de los partidos, así como a importantes instituciones del Estado». Incluso entra a valorar situaciones concretas, como el hecho de que «entidades bancarias que debido a la crisis recibieron fondos públicos -es decir, de todos los ciudadanos-, concedieron retribuciones escandalosas a sus ejecutivos».
Francisco Maya entiende que algunas de estas aseveraciones pueden sorprender al ser puestas en boca de la Iglesia, pero recuerda que el verdadero ser de los cristianos es la defensa de los débiles. «La última encíclica 'Caritas in Veritate' tiene mucha denuncia con respecto a la crisis económica y al capitalismo, lo que ocurre es que entre los cristianos hay un gran desconocimiento de la doctrina social de la Iglesia».
En su opinión, lo que aporta este documento no es más que una actualización de las obras de misericordia: dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, dar posada al peregrino. «La esperanza viene del constructor o de la diócesis que ceden un edificio de viviendas o un seminario para los desahuciados», se puede leer en el documento.
José Moreno Losada recuerda que en Tarragona hay un seminario a disposición de familias que se han quedado en la calle, y adelanta que en Badajoz está en proyecto reconvertir una residencia universitaria propiedad de una hermandad religiosa en un hogar de personas que se han quedado sin techo. «Se trata de empezar a pensar en cosas concretas».
En la redacción de este documento titulado 'Por las obras mostraré mi fe' han participado sacerdotes, sociólogos, economistas, trabajadores sociales, especialistas en derecho y miembros de Cáritas y de la pastoral de inmigrantes, un grupo en el que son mayoría los laicos.
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