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SERGIO LORENZO
Lunes, 20 de mayo 2013, 09:39
«Yo no cogí el dinero. No soy millonario. No tengo culpa del descubierto del banco», repitió varias veces Miguel Ángel S. M. a los tres magistrados de la Audiencia de Cáceres cuando fue juzgado en marzo del año pasado, acusado de desviar más de un millón y medio de euros de la sucursal bancaria que dirigía en Navalmoral de la Mata a empresas de las que era socio y administrador.
Ante las pruebas que se vieron en el juicio, fue condenado a cumplir una pena de prisión de 7 años, 6 meses y 1 día. Además, debía devolver al Banco Caixa Geral 1.650.627 euros y pagar 13.200 euros de multa.
Miguel Ángel recurrió la sentencia al Tribunal Supremo, que le ha rebajado ligeramente la pena de prisión en dos años y medio. La condena, pues, queda fijado en cinco años de cárcel.
El magistrado ponente de la Sala de lo Penal, Luciano Varela, rebaja el cumplimiento de cárcel porque el delito lo cometió antes de octubre del año 2004 y, por lo tanto, se beneficia de que en esa fecha la pena vigente era menos gravosa.
Miguel Ángel S. M. trabajó para el Banco Simeón (ahora Banco Caixa Geral), desde noviembre de 1980 a junio de 2004. Fue director de la oficina de Navalmoral de la Mata desde el año 2001 a junio del 2004. Él se despidió voluntariamente, pero poco después se descubrió que había estado retirando grandes cantidades de dinero, hasta quedarse con más de un millón y medio de euros del banco.
Tanto la Audiencia de Cáceres como el Tribunal Supremo señalan que en agosto del año 2001 abrió en la oficina que dirigía siete cuentas bancarias, que puso a nombre de sus seis empleados y de una amiga, personas de las que conocía sus respectivos DNI. Los siete titulares no sabían que tenían esas cuentas y que desde ellas el director de la sucursal hacía y deshacía sin su permiso. Firmó pagarés, letras y recibos en nombre de ellos.
Sin necesidad de avales logró dinero para tres empresas de las que él era socio y administrador: Club Gourmet Salamanca S. L., Embutidos Artesanos de la Vera S.L. y Santos 999 S. L.
Según la acusación pública, para cometer el delito continuado de estafa por el que ha sido condenado, en concurso con un delito de falsedad en documento mercantil, necesitó la ayuda de dos personas, que dirigían empresas totalmente ficticias. Estas dos personas son Jaime B. T. y José F. M. Ambos han fallecido.
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