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¿Qué ha pasado hoy, 11 de abril, en Extremadura?
Los usuarios, trabajadores y voluntarios del Centro Hermano forman una gran familia. :: PAKOPÍ
18 años dando cobijo a los sintecho
BADAJOZ

18 años dando cobijo a los sintecho

Desde su apertura, esta institución ha dado alojamiento y ha apoyado a más de 9.500 personas que no tienen hogar El Centro Hermano celebra su mayoría de edad con el reto de ampliar los servicios que ofrece

TANIA AGÚNDEZ

Sábado, 25 de mayo 2013, 11:19

Gloria Díez tiene 45 años y su vida se truncó hace uno y medio. Esta mujer divorciada perdió su casa y, al no disponer de recursos económicos, se vio obligada a vivir en la calle. Después de estar varios meses con depresión, durmiendo en naves industriales y alimentándose en comedores sociales, recaló en el Centro Hermano de Cáritas. Eso fue hace dos meses, pero los trabajadores, los voluntarios y los usuarios de esta institución han vuelto a dar otro vuelco a su vida. «Aquí no sólo he encontrado comida y techo, sino que me ha aportado algo mucho más importante: una familia y amigos. Aunque venía algo desorientada, me recibieron con los brazos abiertos. Me han dado mucho cariño», explica.

Gloria es una de las más de 9.500 personas que han pasado por el Centro Hermano desde que este organismo se fundó. Abrió sus puertas hace 18 años con el objetivo de dar alojamiento y apoyar a aquellos ciudadanos que no tiene hogar.

Para conmemorar el XVIII aniversario, el personal del centro y los beneficiarios organizaron una pequeña fiesta el pasado día 21 de mayo. Los actos se llevaron a cabo en las instalaciones de la antigua escuela de ITI, en Huerta Rosales, donde se encuentra ubicada actualmente la sede de este servicio.

Cuenta con 28 plazas, salón, comedor, cocina, varios despachos y algunas dependencias que se están adaptando para poder ampliar las actividades que realizan. Seis empleados (un equipo formado por psicólogos, educadores y trabajadores sociales) y 25 voluntarios atienden las necesidades de las personas que por distintos motivos se han visto empujadas a vivir en la calle. «No se trata sólo de cubrir sus carencias sino de ir solventando sus problemas para que, con el tiempo, puedan volver a reintegrarse en la sociedad. El objetivo último del programa destinado a las personas sin hogar es llegar a normalizar sus vidas dentro de las circunstancias personales de cada uno», indica Pedro Herrera, director del Centro Hermano.

Actualmente, por este espacio pasa una media de 450 personas al año. Esta cifra es casi la mitad de la que se ha alcanzado otros años. «Hace años incluso llegábamos a registrar 800», apunta Herrera. El director del centro justifica este descenso debido a que en estos momentos se está apostando por que los usuarios se beneficien de estancias más largas para que tengan tiempo de solucionar sus problemas. «A los ciudadanos que pasaban por aquí se les denominaba transeúntes precisamente porque permanecían tres o cuatro días y se iban. Ahora se quedan más tiempo para recibir apoyo y tratamiento, con lo que la estancia es más eficaz. El fin es que cuando se vayan, lo hagan en las mejores condiciones posibles», afirma Pedro Herrera.

Los usuarios no sólo utilizan el servicio de acogida, sino que también hacen uso de otras ayudas que proporciona este centro. La mayoría de los sintecho sufre esa situación como consecuencia de padecer enfermedades mentales, problemas económicos, derivados de la alcoholemia, de la drogodependencia o de otras adicciones. En el Centro Hermano acceden a talleres de habilidades sociales, terapias y apoyo psicológico, actividades relacionadas con las manualidades y el ocio, entre otras cosas. «También prestamos ayuda asistencial. Nuestro personal y voluntarios les echan una mano a la hora de realizar gestiones y tramitar prestaciones», agrega.

A lo largo de los 18 años de su historia, el Centro Hermano y el programa destinado a las personas sin hogar ha ido cambiando su estructura y aumentando sus recursos en función del perfil de los usuarios, que ha ido evolucionando con el tiempo. Antes llegaban más inmigrantes a las instalaciones y había más personas mayores. En estos instantes son muchos más los jóvenes que solicitan acceder a este espacio y el número de mujeres ha ido aumentando.

Ahora el Centro Hermano celebra su mayoría de edad con el reto de ampliar los servicios que ofrece para llegar a un mayor número de usuarios e ir adaptándose a sus nuevas necesidades. Los planes de futuro de esta institución crecen en torno a la idea de contar con viviendas de convivencia para aquellas personas que tengan una mayor autonomía. «La intención es fomentar la reintegración social de los usuarios y que lo hagan con la ayuda de nuestros recursos. Dispondrán de un servicio de seguimiento y acompañamiento siempre que lo necesiten para evitar que recaigan en sus problemas», destaca Herrera.

Otra meta es poner en funcionamiento terapias sobre drogodependencia. «La idea es atender a un mayor número de personas, aunque no sean usuarios del centro», aclara. El tercer desafío es aumentar la cantidad de actividades que ofertan.

El director del centro recuerda que aún está pendiente de que el Ayuntamiento de Badajoz y la Universidad de Extremadura (Uex) -propietaria de la parcela en la que se encuentran las instalaciones de Centro Hermano- resuelvan la permuta de terrenos para que pasen a ser propiedad del consistorio y sean cedidos de forma definitiva a la oenegé. «Este paso es imprescindible para adecuar y remodelar el espacio según las actividades que vayamos programando», asevera Herrera.

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