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Vuelven aquellos maravillosos años
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Vuelven aquellos maravillosos años

Los pacenses sellan el ascenso ante un buen Fornacense envueltos en un gran ambiente que recordó al pasadoUnas 4.000 personas empujan al Badajoz 1905 a Preferente

MARCO A. RODRÍGUEZ

Lunes, 27 de mayo 2013, 12:37

El Badajoz ha vuelto. El de toda la vida, con otra forma pero el mismo fondo. Este domingo selló su ascenso a Preferente en el Nuevo Vivero arropado por un gran ambiente que recordó al de aquellos maravillosos años cuando el club militaba en las Segundas A y B. Unas 4.000 gargantas empujaron a los suyos ante un buen Fornacense que viajaba con una amplia desventaja por el 0-5 de la ida. Desde el día del Mancha Real, cuando el cuadro de Adolfo Muñoz -ayer en el estadio- subió a Segunda B, no se veía tanta gente en las gradas del coliseo albinegro. El heredero del antiguo CD Badajoz ha logrado que el sentimiento resurja de sus cenizas y ya celebra la conquista de su primer ascenso, el más modesto, de lo más bajo al segundo escalón competitivo, pero ascenso al fin y al cabo.

Entre esos fieles, tres muy especiales que representan la nostalgia del refundado club. Los expresidentes Ballesteros, Guevara y Calle -este último tuvo que quedarse abajo porque las escaleras cuestan tanto como el mismo ascenso- fueron invitados por el 1905 en el enémiso gesto de sus dirigentes, abrumados ante tanta representación política en el palco. Hasta el mismísimo Celdrán acudió a la cita. Lejos queda su temor a los oscuros 'manejos' contables de años atrás. Este Badajoz significa aire puro, el de una afición que lloró cuando su equipo se extinguió hace un año y que volvió a llorar ayer.

Aunque los pacenses están más habituados a la atenta mirada de la multitud, el arranque del encuentro fue más que comprensible en una plantilla tan joven. Es mucho peso el que soportan sus hombros. El peso de la historia nada menos. Nerviosismo imperante sobre el césped. La primera la tuvo Carlos para el Fornacense en el minuto 2 con una gran contra que sorprendió a los locales. Acto seguido Copito dispararía cruzado cuando el balón debió ser sacado del campo para atender al ariete visitante. Poco después José Antonio golpea al palo y casi marca en propia puerta. En el 15, la mejor ocasión para el Badajoz 1905. Y triple. Empezó con un corner que Cholo remata al travesaño, siguió con la parada de Torres y acabó con Sito enviando el esférico a las nubes. El Fornacense seguía agazapado pero de vez en cuando se estiraba buscando alguna contra, como la del chut de Amado que despejó sin problemas Kouba.

Los blanquinegros seguían la acometida sobre el marco de Torres, pero el gol no llegaba. El cerco se estrechaba cada vez más y justo en los metros finales faltaba la claridad necesaria. La grada empujaba y empujaba, como tantas otras veces. Pasaba la media hora y el marcador permanecía inalterado. En el 34, Carlos, el visitante más incisivo, se planta casi solo ante Kouba y remata contundente aunque al palo. Enorme susto para los intereses festivos blanquinegros. El Fornacense se sumaba a la fiesta y no quería ser un invitado secundario. Abrumados por el escenario y la excitación, los albinegros caían en la impaciencia de corroborar que no iban por delante en el electrónico. Eran conscientes de su superioridad, pero ésta no quedaba plasmada. Al descanso se llegó con el cero a cero y un lanzamiento lejano de Sito que se escapó a la derecha del arquero.

Antes de la tormenta

La segunda parte comenzó con bastante tranquilidad. El 0-5 de la ida es un resultado que minimiza los objetivos. El de los locales, agradar a sus correligionarios. El de los visitantes, participar de un choque irrepetible en su historia. Hasta el 11 Sito no tuvo el primer acercamiento con una vaselina que se fue desviada. En el 61, Copito buscaría como recurso la espuela tras una buena internada de Abraham por la derecha. Desde ese mismo flanco se desató la tormenta Copito a partir del 60. En el 63 abriría la lata y un minuto después casi anota el segundo. Los blanquinegros habían encontrado la grieta y estaban dispuestos a aprovecharla. Hasta Cholo se unió a la fiesta entrando por el carril diestro. Dávalos empalmó una falta botada desde el mismo punto y cerca estuvo de ampliar la ventaja.

Sito repetiría vaselina tras un gran pase entre líneas, pero no la picó lo suficiente como para superar a un Torres al que se le acumulaba el trabajo. Pérez remataba fuera un corner desde la izquierda y con todo a favor. «¡Volveremos otra vez!», se cantaba desde la grada en ese instante. «¡Campeones, campeones¡», segundos después. En el 72, numerosos aplausos para uno de los favoritos de la parroquia albinegra: Iván Cabanillas volvía al equipo desde que en noviembre se rompiera la pierna en el derbi ante el vecino Cerro de Reyes. En el 82, doble oportunidad con balón al travesaño de Dávalos. Carlos, al que apodan 'Kanario', casi firma el empate en un error infantil de Isaac, que había entrado poco antes.

En el 88 reaparece Copito para anotar el segundo al aprovechar el rechace del meta al remate de Pérez. 57 goles para el máximo artillero de España y gran protagonista del resurgimiento blanquinegro, un sentimiento que tiene cuerda para rato.

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