Temporada de baños, día uno

A tres semanas del inicio oficial del verano, ya se han escuchado las primeras advertencias propias de la época estival, como prohibido tirarse de cabeza o no puede usted bañarse en la piscina de niños. Y eso que el ambiente en las piscinas es ahora mismo el más tranquilo posible pues apenas hay gente. Muchos no saben ni que algunas ya han abierto.

Si hay un día en que no hay problema para coger sombrilla, tumbona o sitio en el césped, ése día fue ayer. Las dos piscinas municipales de verano, la de La Granadilla y la de San Roque, recibieron a los bañistas prácticamente de dos en dos. A la hora de comer unas cincuenta personas habían sacado entrada para la primera (tiene un aforo de 800), y unas veinte personas para la segunda (200).

Empleados y camareros de brazos cruzados y recepcionistas con el taco casi entero empezaron a recibir a los primeros usuarios: algún rebotado de la piscina climatizada que no sabía que a partir de ahora los sábados están cerradas, y pandillas de quinceañeros, la mayoría de los cuales apostados alrededor de las mochilas y toallas y casi sin probar el agua, pues solo dos semana después del llenado aún la notaban fría. «Hoy la gente viene sobre todo a tomar el sol», decía una trabajadora de La Granadilla, donde lo habitual en pleno verano es que a las dos de la tarde ya se hayan vendido más de trescientas entradas y varias horas después, si es sábado o domingo, se complete el aforo y solo se pueda entrar a medida que va saliendo gente.

Pese a que esta vez el 1 de junio ha caído en fin de semana, según el taquillero de La Granadilla, hay varios factores que explican la ausencia de público durante la jornada de estreno. Uno es que la gente no se ha enterado de que desde el 1 de junio estas dos piscinas públicas están abiertas (cerrarán el 1 de septiembre); y otro es que el curso aún no ha acabado y muchos jóvenes están de exámenes.

Pero sin duda el más decisivo es que aún no hace suficiente calor, y eso que en comparación con el día anterior la temperatura había subido más de tres grados de repente. Además, buena parte de los usuarios de La Granadilla llegan en autobuses desde poblados y barriadas donde se organizan actividades que incluyen una visita a la piscina y éstas aún no han comenzado, decía el taquillero.

En la avenida Ricardo Carapeto de San Roque el termómetro marcaba ayer a las dos 27 grados. Veinte personas había a esa hora en la nueva piscina de esta barriada, que afronta desde ayer su segundo verano. Al ser mucho más pequeña que la de La Granadilla se notaba más de actividad, un revuelo que fue en aumento a lo largo del día, según uno de los socorristas «porque la gente que pasa cerca ve desde fuera que ya hay gente y se anima a venir por la tarde».

Los mismos precios

Este año los precios son los mismos que los de la temporada anterior en ambas piscinas. La entrada cuesta 3,50 euros y 4 en fin de semana, mientras que los menores de 17 años y pensionistas pagan 1,70 y 2 euros respectivamente, existiendo la opción de sacar bonos de hasta 40 baños por 92 euros, lo que reduce cada entrada casi a la mitad. Esta opción resulta muy atractiva «pero no me explico por qué tan poca gente la usa», decía sorprendido el taquillero de La Granadilla, que recuerda que estos bonos no son nominativos, por lo que pueden usarlos personas distintas, y si hay un momento para sacarlos, ése es ahora, a principio de temporada.