La Concepción se convierte en punto de vigilancia fijo para la Policía Local

Los que frecuenten la Plaza de la Concepción ya se habrán percatado. La Policía Local ha intensificado la vigilancia en este punto del casco viejo, situado a escasos metros de la Plaza Mayor. Tanto, que ha pasado a convertirse en un servicio fijo para los agentes, lo que implica que forma parte del circuito de lugares que se patrullan a diario, durante las 24 horas, según explica el Ayuntamiento de Cáceres.

Esta medida llega apenas un mes después de que una mujer recibiera una puñalada en el abdomen. Ocurrió el 27 de abril, sábado, pasadas las nueve de la noche en la zona ajardinada, lugar de encuentro habitual de indigentes. El suceso, que se saldó con un detenido y una herida, puso de manifiesto la situación de la Plaza de la Concepción y las reivindicaciones de sus vecinos y comerciantes, que no se vieron sorprendidos por el suceso.

Han denunciado en reiteradas ocasiones el estado de abandono del parque central, que acoge botellones ilegales casi a diario. Y han reclamado más vigilancia en la zona, lugar de paso también para los turistas que descienden desde Obispo Galarza hasta la Plaza Mayor.

«Visitas periódicas»

«Se ha nombrado servicio fijo en la Plaza de la Concepción el cual, a partir de las 2.15 horas, se ha limitado a visitas frecuentes y periódicas, puesto que se encontraba totalmente vacía de personal una vez cerradas las terrazas», reza en el parte policial del 5 de junio, miércoles. «Entre las 23.00 y las 3.30 horas se mantuvo un servicio en la Plaza de la Concepción, siguiendo orden de Jefatura, para evitar el botellón y los grupos de indigentes en dicho lugar, no observando durante el servicio nada de lo denunciado», refleja el parte del 8 de junio, sábado.

Haciéndose eco de las quejas de los comerciantes asentados en la plaza, Aeca, la Asociación de Empresarios del Comercio de Cáceres, elevó al Ayuntamiento una propuesta para revitalizar la zona. La iniciativa consiste en la creación de un parque infantil en el recinto ajardinado, una dotación no solo pensada para prestar un servicio a las familias, sino también para marcar un punto de inflexión en el recinto. A las quejas por los botellones ilegales se suman también las protestas por los excrementos caninos acumulados en la zona.