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P. CALVO
Martes, 25 de junio 2013, 02:27
A partir de octubre, la Universidad de Extremadura impartirá un máster de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas (en la Escuela Politécnica, con clases presenciales y virtuales). El pasado viernes fue presentado en el transcurso de una jornada técnica organizada por los profesores Antonio Campesino, Julián Mora Aliseda y José Carlos Salcedo, en la que se habló, entre otros conceptos, de «rehabilitación integrada».
- ¿Qué es la 'rehabilitación integrada' y cuál sería el ejemplo de una rehabilitación no integrada?.
- Rehabilitación integrada son las intervenciones, coherentes y programadas, que pretenden potenciar los valores edificatorios, sociales, funcionales y ambientales de tejidos urbanos y rurales consolidados. Y rehabilitación no integrada, en consecuencia, es cualquier intervención que no lleve aparejada la repoblación social, la devolución de la multifuncional perdida y la recualificación ambiental del entorno. Por ejemplo, la del Casco Antiguo de Cáceres. A comienzos de los años setenta perdió la función residencial y desde entonces sus edificios patrimoniales han experimentado rehabilitación formal y cambio de uso, pero el casco intramuros mantiene su condición de espacio desvitalizado. Se está pagando el inmenso error de planeamiento de no acoger el campus universitario de la Universidad extremeña.
- ¿Qué novedades hay en materia de rehabilitación que requieren de una puesta en común?
- La primera política española de rehabilitación integrada data de 1982, es decir, hace más de 30 años, y esta es la segunda propuesta democrática de rehabilitación, que se fundamente en el Plan estatal de fomento del alquiler de viviendas, y en el proyecto de ley de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas, que está pendiente de aprobación definitiva y que ya se conoce como la 'Ley de las 3R'. Sus principales novedades son la reiteración que hace del 'deber de conservación edificatoria por sus propietarios'; el Informe de Evaluación de los Edificios (IEE), que controlará el estado de conservación y el cumplimiento de la normativa de accesibilidad; y la Certificación de Eficiencia Energética, que ya es obligatoria desde el 1 de junio.
Es importante señalar que los nuevos proyectos de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas tendrán que insertarse en el planeamiento especial de protección y supeditarse a sus determinaciones normativas, para erradicar la práctica generalizada de que proyectos, a calzador, obliguen a la revisión puntual de los planes para satisfacer veleidades políticas e intereses especulativos.
- En estos momentos de poca o nula actividad constructora se dice que se debe apostar por la rehabilitación. ¿Qué opina?
- Es un axioma que las políticas de rehabilitación y de regeneración urbanas se aplican, sistemáticamente, en tiempos de crisis urbanística y arquitectónica, cuando no hay posibilidad de seguir especulando con el ladrillo y hay mucho tiempo para repensar la ciudad. La burbuja inmobiliaria de la década prodigiosa entre 1997 y 2007 ha supuesto la pérdida de 1,5 millones de puestos de trabajo entre 2007 y 2011 y el despilfarro actual de 773.000 viviendas vacías. Yo creo que la salida de la presente crisis no puede ser otra que la rehabilitación y la renovación urbanas, para aprovechar el inmenso capital fijo heredado de viviendas en el suelo consolidado.
- ¿Se rehabilita correctamente? - La rehabilitación es una práctica multidisciplinar, trasversal y compleja tanto en términos técnicos como de gestión. Se ha llamado rehabilitación a cualquier chapuza y se han rehabilitado edificios con independencia del uso final. En la idiosincrasia española no tiene fácil cabida la rehabilitación porque se prefiere la nueva construcción, ni la vivienda en alquiler (apenas un 17%), frente a la vivienda en propiedad (83%); y mucho menos aún, el deber legal de conservación de los edificios por sus propietarios en perfectas condiciones de policía, higiene y ornato público. De todos modos, hay ejemplos de buenas prácticas rehabilitadoras como Vitoria y Santiago de Compostela.
- En Cáceres, se ha optado por retocar el Plan Especial en lugar de elaborar una nuevo. ¿Le parece suficiente, está de acuerdo en que se debe hacer algo porque encorseta demasiado la parte antigua?
- Tras 23 años de vigencia, el Plan Especial está obsoleto e inservible, conceptual y técnicamente. Así lo hice constar en la primera evaluación de la Unesco, que redacté en 2003, razón por la cual organicé tres jornadas técnicas en 2008, 2010 y 2011, para promover, infructuosamente, su revisión integral. La mayor razón de peso para su revisión, bajo nuevos criterios metodológicos, radica en el mandato de la Unesco de que las Ciudades del Patrimonio Mundial han de redactar nuevos Planes de Gestión Patrimonial, como lo están haciendo ya Salamanca y Ávila. En vísperas de la segunda misión evaluadora de la Unesco, en este 2013, Cáceres no está para revista.
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