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GLORIA CASARES
Jueves, 4 de julio 2013, 10:50
Está claro que el nuevo Plan General Municipal siempre es un proyecto complejo en una ciudad, pero en Almendralejo este proyecto lleva gestándose desde hace casi una década. Y es que Almendralejo no cuenta con un nuevo plan desde el año 1996, cuando fue aprobado en febrero, y diecisiete años después ya parece que toca.
Si el anterior Gobierno socialista se encontró con dos manifestaciones en contra del plan que pretendía aprobar, el Gobierno popular lleva ya media legislatura y aún no se le ve el final. El verano pasado el alcalde reconocía ya el retraso en los trámites de debate sobre el nuevo texto, una fase que se ha alargado un año.
Estudio en profundidad
Un «estudio en profundidad» y una remodelación al texto inicial, sobre todo, de la idea de ciudad que plantea de cara al horizonte de los próximos diez o veinte años, justificado en que desde el inicio del trámite hasta ahora ha pasado tanto tiempo que también ha cambiado el contexto general, es lo que ha alegado el alcalde para este retraso.
A pesar de ello, hace pocos días anunciaba que su intención es que este mes, en el pleno del día 29, se lleve a debate una aprobación provisional del texto. «Siempre que haya tiempo para presentarlo a la oposición y debatirlo en comisiones informativas». Para García Lobato, el anterior texto no entraba en el detalle, lo que había provocado errores como diseñar calles que pasaban por viviendas ocupadas o no respetar el actual parcelario ni los viales. Por ello, apuntó, ha habido que hacer un trabajo más exhaustivo.
Además, también ha habido que modificar la idea de ciudad que planeaba, ya que, como ejemplo, preveía que en 2020 Almendralejo alcanzaría los 70.000 habitantes, una cuestión que «hoy parece difícil». Ha sido necesario, también, dejar a un lado los grandes proyectos, que se han desvanecido como consecuencia de la crisis. «En esencia está más centrado, más moderado y es más realista», dijo el alcalde. Y, lo último, que el nuevo Plan General «sea un trabajo consensuado con muchos colectivos como Asemepla, agricultores, empresarios, aparejadores».
Si finalmente se aprueba en pleno de forma inicial, el documento después se tendrá que someter a exposición pública con un periodo de presentación de alegaciones. Éstas tendrán que ser estudiadas y se tiene que revisar el texto en caso de que se acepten, para ser aprobado después en pleno otra vez. La aprobación definitiva llegaría, pues, con el visto bueno de la Junta.
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