Las Casas Coloradas, casi al completo

A Teresa Baldomino le ha salido rodado. El martes pasado entregó en las oficinas de Fomento de la avenida Europa la solicitud para alquilar un apartamento de las Casas Coloradas, el viernes le llamaron para una entrevista y ayer recibió las llaves.

Ha firmado un contrato de alquiler por un año con la consejería de Fomento de 236 euros al mes por un piso de 79 metros y dos habitaciones. En pocos días, dejará la casa en la que vivía en un pueblo portugués cerca de Campomayor para establecerse en el corazón del Casco Antiguo, el barrio donde se crió y donde vive la mayor parte de su familia.

Teresa y su novio forman parte de la nueva hornada de inquilinos de las Casas Coloradas y representan la primera 'promoción' de una nueva etapa, con la Junta como responsable del emblemático edificio.

El consejero de Fomento entregó ayer las llaves a los nuevos ocupantes. Tras estas incorporaciones, ya hay 20 pisos ocupados y cuatro vacíos.

Desde Fomento estiman que en poco tiempo se habitarán todos y busca adjudicatarios con capacidad económica para garantizar el pago de los alquileres. Aclaran que no se trata de viviendas sociales y que persiguen revitalizar la plaza Alta.

Aunque en su día incluso hubo listas de espera para acceder a los apartamentos, los continuos problemas desencadenaron un paulatino éxodo de ocupantes y cuando la Junta se hizo cargo sólo permanecían ocupados la mitad.

Para recuperar el atractivo, la administración regional se comprometió a invertir en mejoras y bajar lo alquileres.

La empresa Albero remata estos días los trabajos de una obra que ha costado 150.000 euros. Las viviendas no han necesitado una reforma en profundidad, pero sí reparaciones que complicaban mucho el día a día a los primeros moradores. Se han sustituido las ventanas rotas, corregido las humedades de algunas paredes y la cubierta y se ha preinstalado el aire acondicionamiento, una de las demandas más repetidas por los ocupantes. En algunos casos también se han pintado por completo el interior.

En lo que se refiere a la baja de las rentas, las viviendas más pequeñas pagan ahora 60 euros menos y las más grandes, de tres dormitorios, 110.

Con los nuevos arrendamientos, los ocupantes de las viviendas de una habitación deben abonar 94 euros al mes y los de tres 261. Para evitar conflicto con los arrendatarios antiguos, aquellos que formalizaron su contrato con la sociedad estatal y siguen ahora con la Junta, Fomento también se ha comprometido a aplicarles el mismo descuento. En pocos días, técnicos de la consejería medirán sus casas para fijar las tasas y en un futuro tendrán que decidir como gestionar la comunidad, una responsabilidad de la que se libera la Junta.

Los gastos comunitarios o las medidas de la cocina para encajar los muebles eran algunas de las preocupaciones que ayer compartían Juan José González y Alejandra Trigo antes de estrenar cada uno una casa. A Juan José le sorprendió la claridad de su apartamentos de dos alturas con una escalera de caracol interior, aunque le conquistó la vista que tiene desde sus salón. Alejandra siempre quiso vivir en el Casco Antiguo. Pagará poco más de doscientos euros por un piso que le aporta «comodidad». Compartirá la experiencia con una compañera.