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CELIA GUERRA
Sábado, 6 de julio 2013, 13:00
«Con este calor es imposible seguir estudiando». Así de tajantes se muestran Azahara y Lorena, estudiantes de Historia del Arte en Cáceres, cuando se les pregunta por el cambio de convocatoria de septiembre a julio. Los universitarios cacereños acaban de experimentar por primera vez el resultado de una de las novedades que se anunció el año pasado para este curso. El resultado, opiniones dispares y una queja común: malas temperaturas y poco tiempo para estudiar.
En las inmediaciones de la Biblioteca Central del campus, los estudiantes se ponen de acuerdo para descansar del estudio, y tomar un poco el aire, aunque con el calor muchos prefieren refrescarse dentro del edificio. El ambiente es de concentración, hay muchos sitios ocupados y montañas de apuntes. Álvaro Curto, estudiante de Administración y Gestión Pública, no duda en responder que este adelanto de exámenes de recuperación le parece fatal, «es lo peor que hay», afirma con rotundidad. Explica que apenas tiene tiempo para estudiar desde que se terminaron los exámenes de junio, que finalizaron el pasado día 15, y los de la convocatoria extraordinaria de julio, que dio comienzo a principios de este mes. «Si nos dejamos alguna para septiembre será por algo, y no para que en una semana tengamos que ponernos a estudiar», añade Curto.
Si hay algo en lo que coinciden los estudiantes es que con estas temperaturas que se están sufriendo en Cáceres les es mucho más difícil concentrarse. Otro de los problemas es que algunos estudiantes están fuera de sus domicilios habituales durante el curso, y tener que quedarse en julio les supone pagar una renta mensual más a pesar de que estén solo la primera quincena.
Es el caso de Ricardo Grueso, estudiante de tercero de Veterinaria. Su casero no le permitió quedarse los días que le hacían falta del mes de julio. Él es de Villanueva de la Serena y hasta el día 11 que finaliza sus exámenes de recuperación, vivirá con su hermana, a la que sí le dejaron quedarse en el piso. Admite que por un lado no le parece del todo mal adelantar los exámenes a julio porque así tienen el verano libre, pero prefiere que se recupere la convocatoria de septiembre, puesto que con estos dos meses de por medio se está más relajado para estudiar.
La lista de problemas es muy extensa cuando los jóvenes se tienen que preparar los exámenes sin haber tenido tiempo para descansar y con muchos de sus familiares y amigos ya de vacaciones.
María del Carmen, de 19 años, estudiante de Administración y Gestión Pública, cree que aunque a muchos pueda beneficiarle el hecho de disponer de un verano más libre, los que tengan más asignaturas que recuperar, apenas van a gozar de tiempo para prepararse la materia. «Durante los meses de verano tenemos más tiempo para prepararnos las asignaturas», explica. A esta cuestión se suma la distancia en el tiempo entre las materias cursadas durante el primer cuatrimestre y sus exámenes de julio. Diego Nieto cursa segundo de Ciencias del Deporte y comenta que a la hora de examinarse ya no se acuerda de lo que dio hace más de tres meses.
Opiniones dispares
En cuestión de gustos y preferencias siempre hay un punto discordante. Sara Corrales estudia tercero de Derecho, aunque ya cursó anteriormente Ciencias Empresariales. Ella cree que esta medida es positiva. «He tenido exámenes en septiembre y prefiero julio para disfrutar de un verano más libre».
Uno de los motivos por los que se aprobó el adelanto de exámenes fue para permitir que el curso universitaria comenzara antes, a principios de septiembre. Con esta medida, alumnos y profesores tendrían menos vacaciones, aunque para el docente de Filología Inglesa, Bernando Santano, éste no es el mayor de los problemas. Para él, muchos de sus alumnos pasan de tener dos oportunidades para aprobar la asignatura en dos convocatorias a jugárselo todo a una. «He tenido casos de estudiantes que se dejan asignaturas para el mes de julio y tienes solo una oportunidad», explica el profesor y exvicerrector de la Uex.
En cuanto a los resultados de los exámenes que lleva corregido afirma no percibir demasiados cambios con respecto a lo que solía ver en septiembre. Si tuviera que elegir entre realizar las recuperaciones en julio o septiembre, Santano no sabría con qué opción quedarse. «Tengo mis dudas sobre la efectividad del método de exámenes en julio».
Hace un año, cuando se conoció la noticia, el subdelegado de estudiantes, Julio Mendoza, se sentía defraudado por la decisión y afirmaba que la universidad extremeña «desoye continuamente a sus estudiantes, a los que el rector Segundo Píriz prometió en campaña que las modificaciones del calendario escolar se harían como quisieran los alumnos».
Al final, según Mendoza, ha prevalecido recaudar más a través de tasas de segundas y terceras convocatorias, pues con el adelanto de exámenes y la concentración de los de junio él cree que aumentará considerablemente el número de suspensos. Lo cierto es que para muchos estas últimas semanas se están convirtiendo en una carrera de fondo en la que no tienen tiempo para organizar los diferentes tramos.
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