El ascensor de Galarza llega a tiempo

Un peso máximo de mil kilos y un tope de 13 personas por trayecto. La pantalla interactiva del elevador de Obispo Galarza ofrece todo tipo de detalles. Una pareja de turistas que ni siquiera se quita las gafas de sol y una tercera persona se suben en la planta baja, junto a la salida del parking. En 20 segundos llegan al segundo piso y se encuentran con los encargados del restaurante La Parrilla colocando las mesas. El ascensor, por fin, funciona desde hace algunas semanas con toda normalidad.

Llega justo a tiempo, con las temperaturas en máximos anuales y la ciudad lista para afrontar una de las mejores épocas para el turismo local. Solo en julio y agosto pasaron por Cáceres en 2012 más de 40.500 viajeros, según el INE. Gran parte de ellos inician en Galarza su paseo por la capital, ya que se trata del principal centro de recepción de visitantes. «Ahora sí, parece que por fin se han olvidado los problemas. No se ha vuelto a estropear», comenta con una sonrisa en la boca el vendedor de periódicos desde su quiosco.

Manuel Campón, presidente de la asociación de vecinos de Plaza de Italia, también celebra que el ascensor esté operativo tras aquel 'fuera de servicio, disculpen las molestias' que se pudo leer a los pocos días de haber sido inaugurado, el pasado 24 de enero.

Las intensas lluvias del invierno y la primavera generaron numerosos inconvenientes por acumulación de agua y filtraciones, lo que hacía saltar la alarma y la orden inmediata de paralización del elevador. Tras un primer arreglo, el Ayuntamiento anunció el 9 de marzo que el ascensor volvía a estar activo. No fue así. Seguía sin funcionar. Días después sí fue solucionada la deficiencia. Ahora los vecinos de Antonio Canales se evitan, de esta manera, tener que subir la empinada cuesta de la calle de la Piedad. También lo utilizan los clientes y el personal y suministradores de La Parrilla de Galarza, el restaurante ubicado en la azotea del edificio del parking. Es el caso, entre otros muchos, de Jacinto, repartidor de lavandería.

El propietario del establecimiento, Adolfo Maestre, por su proximidad, ha hecho un seguimiento preciso de las incidencias y explica que las deficiencias se han solucionado después del arreglo de una avería localizada en la tubería de la salida de agua, en el sótano de la instalación. «Estaba obstruida la vía y la acumulación de agua y la humedad hacían que saltara la alarma y se parara la maquinaria», afirma el hostelero. Resalta la utilidad de esta dotación, sobre todo para los vecinos, aunque en un principio el proyecto fue concebido también como servicio a los viajeros que llegan al aparcamiento de Obispo Galarza, como un atractivo más. Subir a la terraza supone disfrutar de unas vistas privilegiadas a la ciudad monumental.

Los turistas, que ya empiezan a llegar, también salen beneficiados. «Ya están viniendo, sobre todo excursiones y se nota en esta época», destaca la dependienta de una conocida tienda de retales de Moret. Los usuarios que habían accedido en cuestión de segundos desde la plaza a la azotea, gracias al elevador, ahora están de compras. 40.566 viajeros pasaron por los establecimientos hoteleros de Cáceres en julio y agosto de 2012. El dato da idea de la fuerza que tiene el turismo en verano.

En lo que va de año el número de visitantes extranjeros ha crecido un 34% respecto al mismo periodo de 2011. La tendencia se espera que se mantenga en las próximas semanas. Galarza y su ascensor suponen un añadido extra que se agradece. «Es una alegría, sobre todo para las personas más mayores del barrio. Perdimos el microbús, pero ganamos el ascensor», analiza Manuel Campón, presidente del barrio.

La obra se hizo con el Plan E y costó 157.000 euros. Se terminó en diciembre de 2011. El pasado verano el ascensor fue decorado con grafitis por el colectivo Navegantes. A la espera de incluirlo en la contrata del aparcamiento de Galarza, el Ayuntamiento se hace cargo de su mantenimiento, dentro de la concesión del conjunto de ascensores municipales. El coste ronda los 70 euros mensuales.