Una calle con solera venida a menos en las últimas décadas

El derrumbe de ayer es el enésimo que se produce en Luis de Morales, una calle con solera que conecta el aparcamiento subterráneo de la plaza de Santa María (Museo Luis de Morales) con la ermita de Pajaritos. Los vecinos cuentan que a mediados del siglo pasado todos sus vecinos eran personas trabajadoras, pero que la desaparición del mercado de la Plaza Alta golpeó con fuerza al entorno.

Francisco Gutiérrez, propietario de la inmobiliaria que hay en el inicio de la calle San Juan, reconoce que esa calle tiene un interés comercial nulo, por lo que resulta difícil vender las casas vacías. «Por 18.000 o 24.000 euros se puede encontrar un solar, pero no hay interés. En otras épocas pudieron pagarse 200.000 euros por algunas casas buenas, pero ahora no».

Esa circunstancia ha hecho que el nivel económico de los residentes sea cada vez menor, problema que se agrava porque los propietarios que compraron en esa zona con la intención de hacer negocio han visto truncadas sus expectativas y, ante la imposibilidad de vender, tampoco reparan las viviendas.

Las consecuencias quedan patentes en la gran cantidad de inmuebles que hay vacíos y en pésimo estado. En los últimos años se han venido abajo varias casas y muchas de las que siguen ocupadas tienen humedades y grietas.