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M. G.
Domingo, 21 de julio 2013, 19:42
-Para quien no le conozca, ¿usted es.?
-Un extremeño nacido en Cáceres en 1967, en plena Feria de San Fernando, donde estuve hasta terminar la carrera de Derecho. Hijo de un español y una alemana, profesores dueños de su propio negocio, que me dieron todo su afecto y todo lo necesario para poder ganarme la vida por mí mismo. Desde que empezó mi carrera profesional he tenido la suerte de hacer lo que me gusta, que tiene mucho que ver con dar servicio y ayudar a los demás. Estoy felizmente casado, y tengo dos hijos estupendos, María y Juan. He tenido la oportunidad de conocer varios campos, nacionales e internacionales, desde el desarrollo empresarial al local, las tecnologías, el capital riesgo, el comercio exterior, los programas europeos, la política regional, la investigación y la innovación. Soy básicamente curioso, y eso me ha llevado a cursar un par de masters y un doctorado. A lo que dedico actualmente más atención es a modelos innovadores de negocio, modelos alternativos de medición y de desarrollo, y a la gestión del conocimiento.
-¿Cómo resumiría, brevemente, la época que nos toca vivir?
-Compleja, veloz, caótica, excitante y exigente. Nos desborda por su rapidez, que nos obliga a una recreación continua, y porque es tan sofisticado todo, que necesitamos casi siempre de otros para casi todo: invita a la colaboración como forma normal de hacer las cosas. Es una época peligrosa, porque estamos apurando los límites físicos del planeta, y por la fragilidad de nuestros sistemas tecnológicos e institucionales.
-Será una época positiva porque.
-Tenemos gigantescas posibilidades de aprendizaje y herramientas técnicas, como ninguna otra generación anterior, y condiciones de bienestar material, democracia y paz como no ha habido nunca en España ni en Europa.
-O quizás será lo contrario porque.
-Seamos incapaces de aprovechar todo lo dicho antes, por pereza, por estupidez, o por inconsciencia acerca de la gravedad de las amenazas que enfrentamos.
-¿Cómo saldremos de esta en Extremadura? ¿Mejores, peores, más, menos, más lejos, más cerca.?
-Si 'ésta' es la innombrable situación de crisis, yo soy optimista, porque creo que el batacazo ha sido ya suficiente, y lo que nos toca ahora es mejorar. Dicho esto, pienso que debemos intentar visualizar colectivamente el futuro que queramos y que sea mucho mejor, y no solamente en términos materiales. Si concentramos nuestros esfuerzos, nos tomamos en serio el trabajo y buscamos grandes consensos, podríamos construir un modelo de desarrollo verdaderamente singular, basado en la intersección de nuestras potencialidades naturales somos sociedad y como ecosistema, con la innovación sistemática de nuestras formas de hacer, y con una educación y un sistema de conocimiento radicalmente diferentes, capaces de acompañarnos sólidamente a lo largo de toda la vida. Podríamos generar una sociedad basada en las capacidades de todas las personas, tanto los que ya somos de aquí, como los que podrían unirse desde otras culturas en un proyecto territorial diferenciado. En Extremadura cabemos muchos más, hay tierra de sobra. Pero debemos ser capaces de solventar algunos estrangulamientos muy importantes, como las inercias de poco emprendimiento e innovación, y la seria amenaza de perder para siempre el AVE.
¿Comentar la actualidad supone un reto, un riesgo, un placer, un dolor.? ¿Por qué?
-Es un ejercicio intenso e interesante. Yo me siento obligado a documentar bien lo que cuento, y el formato rígido de 500 palabras produce a la vez una sensación extraña y divertida, como escribir un soneto o un twit. El verdadero reto es intentar aportar cada semana algo de valor añadido a mis conciudadanos.
-¿Y hacerlo en el HOY implica.?
-Disponer de un buen altavoz para hablar en público, y sentarse voluntaria y gratuitamente en el centro de una diana, exponiéndose a la crítica. Para mí es una buena oportunidad de participar personalmente en la vida cívica de Extremadura.
-¿Son muchas las veces que se muerde la lengua? ¿Con qué temas, personas o noticias de actualidad?
-Intento ser honesto, pero a la vez civilizado. Hay mucho que contar en positivo, lo que no impide salpimentar ligeramente lo escrito. En general, me gusta la ironía, propia y ajena. Escribo sobre innovación en un sentido muy amplio de la palabra. No siento que haya temas tabú. Cuando hablo de personas, intento que sea bien. Hay trabajo excelente de personas anónimas que no se suele contar.
-¿Cuáles son sus temas fetiche, aquellos por los que irremediablemente siente más atracción o interés?
-Los que tienen que ver con cosas o ideas nuevas de todo tipo. Es algo horriblemente amplio, porque en todos los ámbitos aparecen constantemente novedades, y no es posible conocer más que algunas de ellas.
-¿En quién piensa cuando escribe? ¿A qué perfil o prototipo de lector se dirige?
-A mis convecinas y convecinos de toda Extremadura. Es muy importante para mí saber entender, y luego ser capaz de contar algo con sencillez, aunque a veces ese algo sea muy complejo.
-¿En quién se inspira? ¿Qué escritores o columnistas son sus referentes?
-Dentro del HOY, leo a personas como Manuel Alcántara, Ana Zafra, Juan Serna o Dimas Antúnez. Entre los blogs, prefiero los de 'Extremeños por el mundo', como Isabel Cuevas o Beatriz Tello, a las que tengo la suerte de conocer en persona. Ah, y Adolfo Marroquín, claro, hombre de ciencia y curioso. Fuera del diario HOY, suelo leer acerca de temas más bien friquis. Me interesan eso que llamamos un poco pomposamente 'las fronteras del conocimiento', las heterodoxias y las hibridaciones. Hago lo posible por estar al corriente de los autores actuales, y combinar esas lecturas con clásicos.
-¿Recuerda alguna columna especial por su repercusión o consecuencias, fuesen positivas o no?
-Más que una columna, recuerdo especialmente la reacción de un colega veterano: me dijo hace algunas semanas que pensaba que yo escribo cosas juiciosas. Me sentí orgulloso. También me ha pasado que algunos me dicen «francamente, no lo entiendo» o «no me ha gustado». Estos comentarios me ayudan a mejorar, y los agradezco mucho.
-¿Qué se pierden los extremeños que no leen a los columnistas de HOY?
-Varias opiniones, algunas muy interesantes, de personas próximas a ellos, de otros extremeños.
-¿En verano lee más de lo habitual? ¿Qué lee? ¿A quién? ¿Dónde? ¿Cuándo?
-Leo igual en verano y en invierno, e intento alternar temas técnicos con literatura. Como con la música, me gusta casi todo. Ahora ando con 'Global turning points - Retos para los negocios del siglo XXI', de Mauro F. Guillén y Emilio Ontiveros, y a la vez con 'Motorman', de David Ohle, una novela de la editorial cacereña Periférica, que me parece de las mejores de España. Los siguientes de mi lista son 'Walden', de Thoureau, y 'Las grandes representaciones del mundo y la economía a través de la historia', de René Passet. Leo donde y cuando puedo.
-¿Estas fechas son idóneas para.?
-Pasar más tiempo con la familia y los amigos, y mirar con placer al cielo extremeño, tanto de día como de noche.
-El curso que viene se ha propuesto.
-Empezar otra vez. Como dice Jeff Bezos, el fundador de Amazon.com, en el número 4 de sus mandamientos empresariales, «cada día será el primer día».
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