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José Antonio Estévez, junto al tramo de muralla que une la Torre de la Hierba (al fondo) y la Torre del Horno. :: JORGE REY
«Hay que hacer visitables más tramos de muralla»
CÁCERES

«Hay que hacer visitables más tramos de muralla»

Conoce a fondo el monumento y su historia, pendiente desde hace años de una rehabilitación que ponga freno a su deterioroJosé Antonio Estévez Morales Arqueólogo

MARÍA JOSÉ TORREJÓN

Lunes, 29 de julio 2013, 10:15

Cuenta José Antonio Estévez Morales (La Carlota, Córdoba, 1970) que se sintió atraído por la historia desde una edad muy temprana. Por eso, cuando llegó la hora de elegir profesión no tuvo dudas. Tras licenciarse en la Universidad de Extremadura en la especialidad de Prehistoria y Arqueología, emprendió una carrera laboral en el sector privado que le llevó a Mérida. Más tarde, y una vez superadas las oposiciones de la Junta de Extremadura, entró a trabajar como arqueólogo de la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura. Primero estuvo en la oficina de rehabilitación de Plasencia, después en el Museo de Cáceres y, desde hace ocho años, su puesto está en el Ayuntamiento, gracias a un convenio firmado entre el gobierno regional y el Consistorio.

El pasado jueves impartió una conferencia, organizada por la asociación Torres de Cáceres, sobre la muralla. El monumento está pendiente desde hace años de una rehabilitación que ponga freno a su deterioro. En 2008 un estudio dirigido por el arquitecto Miguel Matas detectó mil patologías. Ahora la muralla vuelve a estar de actualidad. Hace apenas un mes, la recién creada Asociación de Usuarios de la Ciudad Antigua (Auca) puso de manifiesto el olvido de las administraciones hacia esta pieza fundamental de la parte antigua, que fue un factor determinante para que la Unesco declarara a Cáceres ciudad Patrimonio de la Humanidad.

La semana pasada la alcaldesa, Elena Nevado, daba cuenta de la concesión de una subvención de 20.000 euros del Ministerio de Cultura para desbrozar y limpiar los tramos más afectados por la proliferación de vegetación. Se trata de una actuación menor. De forma paralela, el Ayuntamiento anunció en abril la realización de un plan de la Ciudad Monumental, en el que se especificará todo lo que constituye la riqueza patrimonial y las actuaciones previstas y necesarias, incluida la muralla almohade, que está pendiente, a su vez, de un plan director para abordar su rehabilitación. José Antonio Estévez conoce a fondo este monumento del que tanto se habla últimamente.

-¿Cuál es el estado de salud de la muralla de Cáceres?

-Los datos que tenemos sobre el estado de la muralla nos los da el estudio que se hace en 2008 coordinado por Miguel Matas. En ese estudio se habla de las patologías que tiene, se priorizan las actuaciones y se dice cómo deben ser estas intervenciones. Miguel Matas define en ese momento la situación del monumento y dice que su estado de salud es muy deficiente, debido a problemas, sobre todo, relacionados con la conservación, fruto de no haber dado un mantenimiento a la muralla durante muchos siglos. Este es el dato que tenemos. Dicho lo cual, afortunadamente y a pesar de que se habla de un estado deficiente, no ha habido todavía problemas de derrumbes como sí se han producido en otras ciudades. No se ha registrado, por tanto, ningún problema que todavía no tenga solución.

-¿Cuáles son los males que la amenazan?

-Tienen que ver, por un lado, con cuestiones ambientales. La influencia del viento y la lluvia son trascendentales. Por otro lado están las acciones humanas. Y, en tercer lugar, están las cuestiones relacionadas con la flora y la fauna. Las palomas, por ejemplo, agrandan los agujeros que hay en las construcciones y favorecen la disgregación del material. El mal que tienen casi todos los lienzos es que han perdido la protección exterior que tenían.

-¿Qué papel ha desempeñado la muralla en la historia de Cáceres?

-Un papel fundamental. Evidentemente, sabemos que la ciudad de Cáceres, la colonia romana, se construye teniendo desde el primer momento un recinto amurallado. Forma parte de la idea que Roma tiene de las ciudades. No concibe una ciudad sin una muralla. En aquella época desempeñó un papel más simbólico que defensivo. Este papel va cambiando a lo largo del tiempo y conocemos otras reformas posteriores que se hacen en la muralla con un sentido más militar. Esto ocurre, sobre todo, en época musulmana. Es en esta época cuando se hace la gran reforma en la muralla por cuestiones defensivas y ofensivas. A los musulmanes les interesa que la ciudad tenga una buena muralla porque tienen un problema. Los reinos cristianos en su avance cada vez están más cerca y ellos tienen que defender esta plaza como sea. La muralla adquiere entonces un renovado protagonismo en esa época. Pero a partir del siglo XIV la situación se normaliza y la muralla comienza a perder protagonismo. Es cuando se permite que haya construcciones extramuros adosadas a la muralla. A partir de este momento empieza su declive hasta el siglo XX. De hecho, hay ordenanzas municipales de finales del siglo XIX donde se permite la demolición de la muralla para ganar terreno para la ciudad, salvando a los torreones que estén en mejor estado de conservación.

1.170 metros

-¿Qué cambió en el siglo XX?

-En el siglo XX, con la normativa vigente, la muralla ha vuelto a recuperar, por lo menos, el protagonismo de ser un monumento objeto de protección, conservación y puesta en valor.

-¿Qué extensión tiene?

-La muralla que hoy en día conocemos tiene alrededor de 1.170 metros, algo más de un kilómetro. Hay tramos que han desaparecido.

-De esos 1.170 metros que se conservan solo se puede visitar una pequeña parte. ¿Cree que Cáceres debería explotar más el filón turístico de la muralla?

-Dentro de los planes de gestión de la muralla, uno de los aspectos importantes son los usos y la puesta en valor de determinados tramos. Miguel Matas hizo una serie de propuestas para hacer visitables los tramos con mayor interés histórico y los más accesibles. No tiene sentido que las murallas no reciban visitantes, aunque primero hay que hacer un estudio del nivel de impacto de esas visitas para tratar de llegar a un equilibrio. Pero creo que es fundamental hacer visitables más tramos de muralla. Es la excusa que tenemos para intervenir: dar a la ciudad lo que la ciudad invierte en ella.

-¿Qué tramos considera que deberían incorporarse al circuito?

-Se trata de completar el circuito que tenemos de todo el frente occidental. El recorrido iría desde la Torre de Bujaco hasta la del Horno. En la actualidad, el tramo que permanece abierto llega hasta la Torre de los Púlpitos. En el adarve del Padre Rosalío se podría acceder al tramo comprendido entre la Torre del Aver y la Torre del Postigo. Después, se podría continuar visitando la Torre Redonda y el tramo de Torremochada. El itinerario se completaría con todo el conjunto de los Pozos, que ya es visitable. En la zona norte la muralla está muy desaparecida, aunque en las traseras del Palacio de Moctezuma hay restos de la muralla romana muy interesantes.

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