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NATALIA REIGADAS
Jueves, 1 de agosto 2013, 10:13
El negocio de Alfredo Elías González ha dado un vuelco en el último mes. Es propietario de la taberna El Fraile, junto al parque de Castelar, y en la feria de San Juan inauguró su nueva terraza. Está instalada en lo que antes eran tres plazas de aparcamiento frente a su bar. Antes no tenía posibilidad de tener mesas en la calle porque la acera es estrecha, pero ha logrado el permiso del Ayuntamiento de Badajoz para ocupar este espacio y ha sido un éxito. «En medio de la crisis, esto da el 90% de la vida. Si antes la cosa estaba floja, ahora tengo gente en la terraza a las nueve de la mañana, a mediodía y por la noche».
No es el único empresario en Badajoz que quiere ampliar su negocio hostelero con una terraza que antes era impensable. En los últimos dos años, gracias a la nueva ordenanza de veladores, ocho bares y restaurantes del centro de la ciudad han instalado mesas en lo que antes eran plazas de aparcamiento en la calzada. En el futuro se ampliarán porque el Ayuntamiento está tramitando el permiso para otros 15 solicitantes.
Esta novedad llegó a Badajoz en marzo de 2011 con la aprobación de la nueva normativa. En ella se recoge la posibilidad de instalar una terraza aunque la acera frente al bar sea demasiado estrecha. Para ello los interesados deben pedir permiso para ocupar plazas de aparcamiento en su calle y colocar una plataforma a nivel del acerado.
Para lograr la licencia hay que cumplir una serie de requisitos según indica el concejal delegado de Infraestructuras y Vías y Obras, Jesús Coslado. «La ordenanza reconoció esta posibilidad para los locales del casco histórico donde el acerado no permita tener terraza». Sin embargo el edil matiza que no todos los negocios del centro que lo soliciten podrán disponer de esta plataforma. «También se analiza la idoneidad porque no siempre, aunque cumpla los requisitos, podrá disponer de veladores en el número que se quiera», añade.
Menos aparcamiento
El principal obstáculo es que estas terrazas eliminan plazas de aparcamiento y además lo hacen en el Casco Antiguo donde ya existe escasez de espacio para estacionar el coche. De media una de estas plataformas ocupa el espacio de dos o tres aparcamientos. Eso supone, como ejemplo, que si se concediesen las 15 solicitadas por bares se perderían unas 40 plazas en el centro.
En cuanto a la inversión, los que logren estas terrazas pagarán una tasa similar a los bares y restaurantes que tienen un velador tradicional. Es decir pagarán en proporción al espacio que ocupan y al número de mesas que pueden instalar. Los que actualmente cuentan con estas instalaciones aseguran que se trata de un gasto que resulta rentable.
Además de este coste los hosteleros deben costear por su cuenta la instalación de la plataforma que ocupa las plazas de aparcamiento. Ésta debe cumplir una serie de requisitos. Entre otros debe estar igualada en altura a la acera, debe ser accesible para los discapacitados y debe ser segura. Otra condición indispensable es que estas plataformas sean desmontables. Esto permite retirarlas con relativa facilidad en caso de necesidad. Por ejemplo por obras en la calle o porque un vehículo de gran tamaño no puede pasar.
A pesar de tener que cumplir con estas exigencias los hosteleros que ya tienen veladores de este tipo están encantados porque en la mayoría de los casos ha supuesto un revulsivo. Un ejemplo es el bar de Alfredo Elías. «Ahora casi tienes que echar a la gente de la terraza», bromea. Construyó la estructura el mismo siguiendo las indicaciones y requisitos e incluso ha colocado luces para poder estar de noche. «En Badajoz somos de terraza y esto nos da mucha vida», afirma.
En este punto coincide un veterano de la hostelería pacense, Eladio Tarriño, del Mesón Los Monteros, que hace un año amplió su terraza con una plataforma que ocupa una plaza de aparcamiento. «Da buen resultado porque los clientes con buen tiempo no quieren entrar en un local. En verano aquí las terrazas son fundamentales».
Ambos responsables de estos bares afirman que la inversión que supuso la plataforma compensa. También está de acuerdo uno de los empresarios pioneros, Raúl Pintado, que en Doña Purita instaló una de los primeros veladores de este tipo. «Depende de lo que quieras gastar porque puedes hacer una terraza normal o algo más especial y cuidado, pero merece la pena. Los clientes lo disfrutan».
En cuanto a la ordenanza de veladores ha cumplido dos años en los que ha cambiado totalmente el negocio de colocar mesas en la calle en la ciudad al regular por completo cómo deben ser las terrazas. El edil responsable afirma que están satisfechos, pero que habrá más cambios este mismo año. «Hemos detectado puntos que se pueden mejorar y habrá modificaciones este año», matiza Jesús Coslado.
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