Blas Raimundo ve a Fernández Vara «cansado» y le plantea que se vaya

El secretario regional del PSOE, Guillermo Fernández Vara, aseguró minutos antes de que se constituyera la agrupación placentina, el pasado martes en la Sala Verdugo, que el partido no tenía nada contra el exedil Blas Raimundo, sino más bien todo lo contrario.

Reconoció que no se había aceptado su reingreso en el PSOE, pero garantizó que el motivo no es que esté acusado en el llamado caso Plasencia, sino que debe afiliarse a la agrupación de San Gil. Porque hay en torno a una docena de solicitudes para esta agrupación y que, por ello, se había pensado en volver a crearla al contar con un número suficiente.

El exedil Blas Raimundo quiso responder ayer a Vara. Asegura que fue en 2011 cuando las ejecutivas provincial y regional decidieron disolver la agrupación de San Gil e integrarla en Plasencia. «Y ahora, por lo visto, quieren lo contrario». Según Raimundo, porque los votos de los afiliados de San Gil más los de la Tercera Vía podrían haber logrado que su candidato fuera el nuevo secretario local de Plasencia.

«Pero ellos querían una agrupación a su medida», reitera Raimundo y, por eso, han evitado muchas inscripciones. Por este motivo también la Tercera Vía no ha participado en el proceso de creación de la nueva agrupación placentina. «Es cierto que nos propusieron una candidatura de consenso, claro, pero sin mover al secretario local», desveló ayer Raimundo.

«Por eso lo de Plasencia se le ha ido de las manos; veo a Vara cansado, creo que se podía plantear irse y ser sustituido», declaró el exconcejal. Para recordarle que no se puede hacer una agrupación a su medida: «No es suficiente que un secretario local cuente con 55 votos en una agrupación que cuando se disolvió tenía 325 militantes».

Además de Vara, Raimundo culpa de la situación placentina al secretario provincial, Miguel Ángel Morales, por haber participado en el mismo juego. «Después de que tanto los votos de San Gil como los de la Tercera Vía le sirvieran para convertirse en secretario provincial». La sintonía entre ambos, sin embargo, se rompió en ese momento según Raimundo. «Lo primero que hizo fue meter en la ejecutiva a Blanca Delgado, que no contó con representación en Plasencia ni le votó y después darle un puesto de trabajo dentro del partido mandando al paro a otro compañero que ocupaba ese puesto». Raimundo lo resume con claridad: «Aquí empieza mi guerra contra Miguel Ángel Morales». Y ésta no ha terminado.

Cargos públicos y orgánicos

Continúa más bien con el proceso determinado tanto por él como por Vara para crear de nuevo la agrupación socialista en Plasencia, dejando a un lado a militantes de toda la vida según Raimundo, a los de San Gil y también a muchos de la Tercera Vía. En el primer caso, argumentando que quieren que San Gil vuelva a tener agrupación propia.

«Nos parece muy bien, pero yo les pregunto públicamente, puesto que de forma interna no me han respondido: ¿Van a permitir entonces a los afiliados de la agrupación de San Gil que voten en la asamblea de Plasencia en la que se vaya a elegir al candidato a la Alcaldía?».

Por último recordó a Vara que estar condenado puede impedir un cargo público, pero no un cargo orgánico. «Porque a nosotros no nos juzgan por habernos llevado dinero». Y hasta la fecha, hay acusación, pero no condena.