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ALMUDENA BLANCO
Domingo, 4 de agosto 2013, 10:12
Si Badajoz se quedara sin recogida de basura o sin transporte público para siempre, se crearía una alarma social inmediata. Pero esta situación impensable para los ciudadanos de la localidad no lo es para los habitantes de la Dehesilla de Calamón. Estos vecinos se encuentran a menos de siete kilómetros del centro de la ciudad y, como ellos mismos denuncian, tienen que convivir diariamente con esta situación de orfandad por parte del Ayuntamiento.
Muchos de los que actualmente viven allí compraron su parcela hace unos años y construyeron sus actuales viviendas. A ojos del Ayuntamiento, estas casas fueron creadas de forma ilegal hasta que en el año 2000, y después de llevar a cabo las obras pertinentes por parte de los vecinos, se les concedió la condición de legalidad. Pero esto apenas duró diez años, puesto que en 2010, con la implantación de la nueva Ley del Suelo y Ordenación Territorial de Extremadura (LSOTEX), se prohibió el desarrollo urbanístico en la zona hasta que se llevaran a cabo las nuevas mejoras que dicha ley recoge, entre las que figuran el alcantarillado y el alumbrado público.
La creación de estos servicios tiene un coste muy elevado, aproximadamente 70.000 euros por vecino, algo que estiman desproporcionado. Además, «todas las instalaciones que hagamos tenemos que mantenerlas durante una década», declara el presidente de la asociación, Pedro Sánchez.
Desde el Ayuntamiento han dejado de dar licencias de obra, y actualmente la Dehesilla no cuenta como zona urbanizable. «Los vecinos no quieren que se tenga que urbanizar totalmente la zona, sino que se quede como está pero con capacidad de construir, como ocurría anteriormente. Cuando una persona paga 120.000 euros por una parcela no es simplemente para sembrar tomates», insiste.
«El problema es que están intentando forzar para que estos núcleos secundarios pasen por el 'aro', pero por las condiciones económicas que nos imponen es imposible», declara el administrador de la zona, Francisco José García.
Además de llevar a cabo las modificaciones pertinentes, los vecinos tendrían que ceder un espacio de 650.000 metros cuadrados al Ayuntamiento para espacios libres y dotaciones públicas.
En estos momentos, los habitantes de este núcleo urbano pagan los mismos impuestos que cualquier persona residente en la ciudad, pero no cuentan con los mismos servicios, ni tampoco se invierte en la zona, algo que reclaman con insistencia. Un servicio mínimo como es la recogida de basura por las calles, no se conoce en la Dehesilla de Calamón. Para que los camiones pasen a recoger los residuos han tenido que habilitar un espacio común donde todos dejan la basura.
Pero esto no es todo. Para poder disfrutar de este espacio -cedido por los responsables de la cañada real de Sancha Brava- los ciudadanos tienen que pagar una cuantía de 13.000 euros anuales con la que se financia el mantenimiento y la limpieza de dicho punto.
Esto supone un problema económico para muchos propietarios, pues tienen que pagar por un servicio que debería ya estar sustentado por los impuestos que pagan. Asimismo, muchas personas que viven allí son mayores y tienen que andar tres kilómetros para poder tirar la basura.
Otro de los problemas con los que conviven es la falta de transporte público. «A la urbanización no llega ningún autobús. Cuando alguien tiene que ir al médico o quiere desplazarse hasta Badajoz y carece de vehículo propio, no le queda más remedio que llamar a un taxi y esto es un gasto adicional muy elevado, por lo que a muchas personas le es imposible», explica Pedro Sánchez.
Los vecinos están cansados de esta situación. «Nos sentimos discriminados. Pagamos lo máximo de impuestos por tener aquí una vivienda y a cambio no nos prestan ningún tipo de servicio ni tampoco se realiza inversión alguna en la zona», declara el presidente de la asociación de vecinos.
La misma opinión tiene el administrador de la zona. «El IBI debería ir acorde a los servicios prestados. Si no nos ofrecen ningún tipo de servicio no tendríamos que pagar nada referentes a este tipo de impuestos».
La desesperación es máxima porque llevan varios años haciendo peticiones al Ayuntamiento sin éxito. «Se comprometieron a ocuparse de nosotros y no lo han hecho».
Otros casos similares
La Dehesilla de Calamón no es un caso aislado. Otros siete núcleos urbanos secundarios se encuentran en la misma situación: Bótoa, Tres Arroyos, Carretera de Sevilla, El Manantío, Campomanes, El Plantío y Corazón de Jesús. Como ellos mismos explican, están intentando llevar a cabo movilizaciones ciudadanas conjuntas. «Lo que queremos es exigir que se invierta aquí, porque pagamos lo mismo que el resto de ciudadanos, o por el contrario que se modifique a la baja el IBI en este tipo de zonas», explica el presidente de la asociación.
Los vecinos de la Dehesilla no ponen ningún tipo de inconveniente en proporcionar a este núcleo residencial todas las mejoras posibles, pero tampoco desean que se parezca a la ciudad. «No queremos que esto cambie mucho más porque nos gusta vivir con la naturaleza, por eso estamos aquí. Lo único que queremos es tener los servicios básicos».
El problema con el que se encuentran cada vez que quieren llevar a cabo una mejora son los complicados trámites burocráticos. Lo último que denuncian son las entradas a la urbanización, por tratarse de un punto negro. Han solicitado la reforma, incluso han propuesto pagar estas obras de su propio bolsillo, pero la luz verde para la modificación todavía no ha llegado.
A la entrada de la urbanización hay mapa orientativo de la zona de gran tamaño. En él aparece todo el territorio divido por calles y avenidas y con las casas numeradas para una mejor localización. Cada calle está señalizada. Esta iniciativa promovida por la asociación de vecinos está ayudando a que, poco a poco, vayan llegando más servicios. Entre los beneficiarios están los bomberos, la policía, las ambulancias y Correos. Estos últimos han decidido repartir si el remitente ha señalizado bien.
También por parte de la asociación de vecinos se realizan talleres de aprendizaje, conservación de la naturaleza y recogida de basura para que Dehesilla de Calamón esté siempre limpia.
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