Un anciano se tira a un pozo después de salvarse de un accidente con el coche

El rocambolesco desenlace del anciano de Valencia de Alcántara deja algunas incógnitas. Zacarías Pato, un conductor de ochenta años, circulaba en dirección a su pueblo desde Alburquerque a las ocho y media de la mañana en su Seat Ibiza cuando se salió de la calzada y volcó en la cuneta a menos de dos kilómetros de San Vicente.

Afortunadamente, no sufrió daños graves. Dejó por su propio pie el vehículo siniestrado y una ambulancia fuera de servicio que pasaba por la carretera se detuvo a atenderlo.

El técnico del vehículo de emergencias se bajó para ayudarle y le propuso acompañarle en la ambulancia hasta el centro de salud. Según informan desde el centro de emergencias de Mérida, el afectado rechazó la ayuda y, antes de que la otra persona se diera cuenta, saltó la cuneta y se tiró a un pozo cercano.

Ante el extraño comportamiento, el testigo llamó a los servicios de emergencias para que intentaran rescatarlo, pero cuando el cuerpo emergió de nuevo a la superficie ya había fallecido. Los bomberos del parque de Alburquerque sacaron el cadáver del agua.

En la Policía Local del municipio recibieron a las nueve menos cinco el aviso de que en la entrada al pueblo había un coche en la cuneta. Los agentes acudieron y junto a un guardia civil del puesto regularon el tráfico hasta que se retiró el Seat Ibiza de la víctima.

En el pueblo todavía se preguntan cómo, tras sufrir el accidente, Zacarías acabó en el pozo. Sin dar su nombre, un hombre que ayer hablaba de lo sucedido con otro amigo apuntó a que a primera hora de la mañana se comentaba en San Vicente que pudo deberse a que salió desorientado del accidente y empezó a andar hasta que cayó dentro.

Después se supo que había rechazado la asistencia de la ambulancia fuera de servicio y se especuló con una muerte voluntaria. Para llegar hasta el pozo, el anciano tuvo que pasar de la cuneta a una pequeña parcela de chupones de olivo separada por un cercado de piedras y zarza, recorrer sesenta metros de barbecho por una explotación de chupones de olivos y saltar por encima del brocal, de poco más de un metro de alto. El pozo es estrecho y el nivel del agua no se encuentra muy bajo. Se supone que da agua para regar las matas de tomate y pimientos que crecen al lado.

El coche se salió de la carretera en un tramo recto, con el firme en buen estado, visibilidad óptima y sin que hubiera implicado otro vehículo. La Guardia Civil no concretó si circulaba a una velocidad excesiva cuando perdió el control del Seat Ibiza ni tampoco apuntó otra posible motivación de este siniestro, como por ejemplo el deslumbramiento a causa del sol.

A falta de una causa concreta de lo sucedido, muchos se preguntaban ayer si fue casualidad o no que volcara justo frente de un pozo al que se dirigió corriendo cuando salió del vehículo.

Conocido en el pueblo

Más allá de las especulaciones, Zacarías estuvo ayer en boca de muchos de sus vecinos. En San Vicente de Alcántara, de poco más de seis mil habitantes, la mayoría de sus vecinos lo conocía.

Vivía en la calle Hernán Cortés. Trabajó hasta su jubilación en una fábrica de corcho de su propiedad que ahora gestiona su hijo. Su otra hija regenta una tienda de muebles en el polígono industrial de San Vicente de Alcántara y el negocio también se trata de un negocio muy conocido en la comarca.

Los momentos más dramáticos de la mañana se vivieron en el tanatorio municipal, donde se congregaron familiares y amigos para arropar a los más allegados.

Mientras esperaban el traslado del cadáver desde el Instituto Anatómico Forense de Badajoz, su viuda sufrió un desfallecimiento y el hijo requirió también asistencia médica por un ataque de ansiedad tras conocer el accidente de su padre cuando regresaba de Alburquerque por la mañana.