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José Luis Sánchez muestra la sentencia de la Audiencia Provincial que confirma la indemnización. :: PAKOPÍ
La fe en la justicia de José Luis
BADAJOZ

La fe en la justicia de José Luis

El 'padre coraje' de Valdelacalzada ha conseguido tras nueve años una indemnización para su hijo«Me ha costado salud y dinero, pero sabía que luchaba por la verdad, y la verdad solo tiene un camino»

A. GILGADO

Lunes, 19 de agosto 2013, 14:59

En dos carpetas de tapa azul desgastadas, José Luis Sánchez guarda sentencias, recursos y autos judiciales. Los archivadores conservan los nueve años de lucha judicial de José Luis para que su hijo reciba una indemnización por el accidente de coche que le provocaron dos caballos el 20 de diciembre de 2004.

El propietario de los animales se declaró insolvente y José Luis estaba convencido de que aquella insolvencia era prefabricada para no pagar los 196.000 euros que el juez fijó como indemnización. El 5 de julio, la Audiencia Provincial resolvió, finalmente, a favor en una sentencia contra la que no cabe recurso.

A José Luis le confirmó la noticia su abogado mientras trabajaba en Pueblo del Guadiana recogiendo fruta. Ahora, se levanta a las seis de la mañana para ganar 34 euros de jornal. Intenta recuperar una vida normal de jornalero de pueblo junto a María Soledad, su mujer, su hijo pequeño y José Luis, el hijo mayor que casi le arrebatan los caballos. El joven tenía 21 años cuando se los encontró al venir de trabajar. Ahora tiene 31 años. Pasó cinco meses en coma, tiene la cara reconstruida con placas de titanio y una minusvalía de más del 50%. El chaval fue el primero que le dijo a su padre que no creía en la justicia, porque sabía que nunca tendría la indemnización y en más de una ocasión, cuenta su madre, hasta se sentía culpable por lo ocurrido. Pero José Luis nunca perdió la fe en la justicia. «Sabía que yo llevaba la verdad y la verdad solo tiene un camino», confiesa mientras enseña la sentencia.

Todavía es pronto para saber si ha pagado un precio demasiado alto por su lucha. Enfrentamientos y denuncias con familiares del propietario de los animales -que vivía en su misma calle-, dos meses a la intemperie en la puerta de los juzgados como protesta, su coche quemado en la puerta, huevazos en la fachada, caminata de 30 kilómetros hasta la Audiencia y hasta un intento de suicidio.

Desesperado porque el proceso judicial se estancó, se roció con gasolina en la puerta de la Audiencia dispuesto a quemarse vivo, pero un abogado le quitó la cerilla antes de que la prendiera. Antes, había pasado varias semanas durmiendo junto a las escaleras del palacio judicial hasta que sufrió dos ataques porque dormía sin la máquina que necesita para su apnea del sueño.

Todo cambió cuando se encontró en el ascensor con José Manuel Rubio Gómez-Caminero. El letrado se ofreció a llevarle su caso de forma gratuita, por el turno de oficio. Después de nueve años por los pasillos de los juzgados, José Luis sabía que quien le iba ayudar era uno de los abogados más prestigosos de la región y el exdecano del colegio oficial. «Una eminencia», que le devolvió la esperanza en la justicia y a la que estará agradecido de por vida. Dice que también le ayudó su hija pequeña que perdió hace dos décadas cuando sólo tenía dos años. Ahora intenta recuperar su vida normal, pero sabe que un pueblo de menos de tres mil habitantes las heridas nunca cicatrizan. Más de una vez se encontrará con los dueños de los caballos con los que ha pleiteado para que paguen la indemnización. Pero prefiere quedarse con las ocho mil personas que firmaron en muestra de apoyo, con los vecinos de Badajoz que le llevaron comida mientras estuvo acampado, con la joven del gimnasio que le dejaba ducharse cada noche gratis. Con la justicia.

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