Los vecinos de Cuartón Cortijo y La Pilara critican la dejadez del barrio

Solares abandonados y llenos de hierbajos y escombros, falta de limpieza y de cuidado del acerado y escasez de servicios básicos como farmacias, una tienda de ultramarinos o una línea de autobús frecuente. Sensación de abandono, en general. Así se sienten los vecinos que apostaron por vivir en dos de los barrios de nueva creación a propósito del 'Plan 60.000': La Pilara y el Cuartón Cortijo.

Desde las administraciones tanto local como regional se insistió mucho en las ventajas de este tipo de áreas residenciales de 'pisos baratos' (que terminaron costando 70.000 euros con la subida del IPC). Muchos pacenses se mudaron a ellas pero, una vez allí, sus residentes se quejan de la falta de atención. No es la primera vez que los portavoces vecinales denuncian el abandono, una situación que les resulta injusta. Argumentan que aunque quisieron vivir en una zona alejada del casco urbano con el precio de las casas como aliciente, pagan los mismos impuestos que un vecino de Santa Marina o Valdepasillas.

En el caso de La Pilara, Emilio Acevedo, presidente de una de las comunidades, asegura que los servicios de limpieza pasan muy de vez en cuando y que hay aceras que una persona con sillas de ruedas no puede utilizar. «Están las losetas levantadas», expresa este padre de un pequeño de cuatro años (que está a punto de tener un hermanito) y que vive en uno de los unifamiliares.

«Estamos contentos con el barrio porque es muy tranquilo, pero nos sentimos muchas veces abandonados. No hay ni una tienda, ni una farmacia, nada. Y después está el problema del transporte, que si no tienes coche, olvídate de vivir aquí. Conozco a una vecina que tiene la casa ya amueblada pero que no se muda porque no tiene vehículo propio para poder ir a trabajar. Sólo viene los fines de semana. Confió en que el Ayuntamiento pondría una línea de bus que tuviera frecuencia, pero no ha sido así», expresa Emilio.

Aurelio Silva, de 27 años, otro vecino de La Pilara, apunta: «La línea que pasa es el 18, pero lo hace cada hora, no es una opción ni mucho menos». Este joven optó por esta zona para residir animado principalmente por el precio de los pisos: «Hay zonas verdes y estamos contentos, pero para comprar una simple barra de pan tenemos que coger el coche».

En La Pilara, situada junto a la autovía en la salida hacia Madrid, se construyeron 132 viviendas de las llamadas de 60.000 euros. Todas están vendidas. También se levantaron 204 de tipo medio, la gran mayoría habitadas igualmente.

Varias denuncias

Los residentes del Cuartón Cortijo ya han expresado varias veces su indignación por la falta de atención. En este caso, el principal problema es el estado del entorno: hierbajos que tapan bancos y papeleras y solares que se han convertido en escombreras donde han empezado a aparecer, cucarachas, culebras e incluso ratas, según denuncia uno de los portavoces vecinales, Lorenzo José González Benavides.

Hace dos semanas el PSOE sacó a la luz esta situación, pero no ha habido respuesta por parte del Ayuntamiento. El conflicto está en que la obra de urbanización de los alrededores del Cuartón no ha sido recepcionada por parte del Consistorio al no estar de acuerdo con el estado en que la promotora, Protech Extremadura S.L. (que ya ha sido liquidada), pretendía entregarla. De manera que nadie se encarga de su mantenimiento y son los vecinos quienes sufren las consecuencias de este desencuentro.

En este barrio, situado en las traseras del hospital Infanta Cristina, se edificaron 300 viviendas, de las que 135 pertenecían al 'Plan 60.000'. Casi todas están ocupadas. Los vecinos se muestran satisfechos con el barrio, pero tienen claro que no quieren ser ciudadanos de segunda.