Los usuarios de bibliotecas se quejan del recorte de horarios en el verano

Las piscinas no son el único lugar de ocio durante el verano, son muchos los que encuentran en las bibliotecas un lugar en el que pasar las calurosas tardes. El problema con el que se topan es el horario tan limitado del estas disponen. De las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde. Algunas, como la central del campus universitario, retomó su actividad normal el pasado 19 de agosto. Pero hasta ese día, ninguna biblioteca en todo Badajoz estaba abierta por las tardes, algo que ha molestado bastante a los usuarios.

Es verdad que como los exámenes de recuperación ya se han realizado en julio la cosa está mucho más tranquila que otros años y las bibliotecas no tienen tanta influencia como era costumbre por estas fechas. Aún así, los pacenses echan en falta una biblioteca abierta por las tardes. Señalan que hay veces que no pueden venir por las mañanas o les resultaría más cómodo si tuvieran un horario partido.

«Badajoz es una ciudad grande y al menos una debería prestar servicios por las tardes», se queja Saray Mancha, quien está preparando sus exámenes de septiembre. Una parte significativa de los jóvenes pacenses estudian en otras universidades fuera de Extremadura, por lo que todavía les toca estudiar durante las vacaciones de verano. A unos días de afrontar los exámenes de recuperación intentan apurar todo lo que pueden sus horas de estudio, pero se encuentran que las bibliotecas de la ciudad no se adaptan a sus circunstancias y sólo abren por las mañanas. «Hay personas que no pueden estudiar en casa porque no son capaces de concentrarse y se encuentran con las bibliotecas cerradas a cal y canto durante todas las tardes del verano», explica Antonio Luis Rivera. La misma opinión la tiene Ana María Díaz, «muchas personas necesitan ir a una biblioteca para poder estudiar porque sino no se concentran. Por eso es necesario abrir también por las tardes», insiste.

Como bien afirman Sandra Llamazares y Nerea Nogales, actualmente las bibliotecas se han reinventado, convirtiéndose en un lugar de ocio donde cada vez son más los jóvenes que se animan a pasar su tiempo allí. «Una biblioteca no sólo sirve para estudiar, sino que tiene muchas más funciones lúdicas».

Ellas cambiarían el horario de verano. «Si por las tardes no tienes nada que hacer en vez de aburrirte en casa puedes venir aquí a escuchar música, consultar libros o revistas, coger una película o simplemente leer el periódico», añaden.

Los servicios que ofrecen las bibliotecas son cada vez más variados por lo que llaman a un mayor número de público. Las zonas infantiles se han convertido en un reclamo para que los niños se diviertan a la misma vez que aprenden. El problema con el que se encuentran los padres que trabajan es que no pueden llevar siempre que quieren a sus hijos. Este es el caso de Miriam Pinilla: «A ellos les gusta mucho venir a leer y estar por aquí. El problema es que trabajo y no puedo traerlos tantas veces como me gustaría. Para venir por las mañanas tengo que hacer un esfuerzo muy grande, por eso sería bueno que estuviera también abierta por las tardes».

Asimismo el hecho de que estén cerradas es también una situación entendible por algunos como cuenta Mónica Pinilla. «Entiendo que tener abierto un sitio como este conlleva unos gastos de personal, luz,... y que si sólo vienen tres personas no les merece la pena».

Aún así la gran mayoría se queja de que en verano, que es la temporada en la que poseen de más tiempo libre tengan un horario tan limitado. «Si todos contribuimos con nuestro trabajo al pago de estos servicios deberían escucharnos y contribuir a nuestras necesidades con un horario más extenso», denuncia María Benavente.