Locura sobre dos ruedas en Cáceres

Ángel Manzano y su hija, Noelia, estaban a las tres de la tarde colocados a la altura de la meta de la sexta etapa de la Vuelta a España, en la avenida Ruta de la Plata. Hacía calor pero era lo de menos, porque padre e hija habían ido preparados para combatir las altas temperaturas con un paraguas. Son grandes aficionados a la práctica del ciclismo y por supuesto, fieles de Teledeporte en las horas de la siesta. «Me encantaría ver a Purito Rodríguez y a Valverde», señala él. Tantos días hablando de la Vuelta y es un visto y no visto. Pero es lo que tiene un acontecimiento deportivo de esta categoría, que consigue sacar a la gente a la calle, ilusionados porque la competición se acuerda de la capital cacereña siete años después de su última parada. La organización montó una mini ciudad ciclista en la avenida Ruta de la Plata. Zonas para medios de comunicación, para los diferentes equipos que compiten en la Vuelta, para los 'vip', y por supuesto, una zona llena de decenas de camiones que acompañan en sus traslados a la organización.

Perico Delgado y Carlos de Andrés, de pie ante una cámara y con micrófono en mano, narraban en directo la Vuelta mientras los curiosos tomaban fotografías del ciclista retirado y el periodista. El público también disfrutó de los momentos previos a la carrera, amenizados por el 'speaker' Juanmari Guajardo y con reparto de aplaudidores, de gorras e incluso, con una carrera entre dos mascotas publicitarias. Otros preferían ver tranquilamente la carrera desde el televisor de algún local cercano o bien desde una casa particular y bajar a falta de diez o quince minutos para ver al pelotón pasar a toda velocidad. También había quienes lo esperaban desde la salida del trabajo. Piedad, Gema, Julia, Vanesa y Lola son cinco compañeras que decidieron alargar la jornada y no ir a comer a casa. «Para un día que hay algo en la ciudad hay que salir», decía una de ellas.

La alcaldesa, Elena Nevado, llegó a eso de las cuatro y cuarto de la tarde. «Me encanta», le dijo a Valentín Pacheco, portavoz municipal. Acompañada por varios concejales, entre ellos, el de Deportes, Pedro Muriel, y por gente del mundo del deporte, entre ellos, Ñete Bohigas o Jacinto Carvajal, además de otras autoridades, como el presidente de la Junta, José Antonio Monago, que llegó algo más tarde; el presidente de la Asamblea, Fernando Manzano; o el de la Diputación, Laureano León. Ya por entonces, Muriel, que es un gran aficionado al ciclismo, pronosticaba que Toni Martín no ganaría en Cáceres. «Todo marcha con normalidad en cuanto al dispositivo. Ha habido muchos voluntarios y mucha colaboración ciudadana», dijo, señalando que la grúa no ha tenido que levantar ningún coche debido a la eliminación de los 1.362 estacionamientos. Dicho dispositivo movilizó entre 250 y 300 personas. Hubo 73 puntos de cierre con 116 personas implicadas en su control, entre policías, voluntarios y operarios municipales. En este dispositivo se encontraban Javier Fernández y Julio Maya, dos voluntarios de Cruz Roja que estuvieron montados en bicicleta toda la jornada. Cuando faltaban 20 kilómetros y estaba próxima la entrada en el casco urbano de los ciclistas, la ciudad se revolucionó. Las redes sociales ardían con fotografías constantes de la Vuelta, resaltando la positiva imagen que deja Cáceres en su apuesta por esta competición. Los había, incluso, que iban radiando al instante el sitio en el que estaban. Ahora, en la avenida de las Delicias. Ahora, en Hernán Cortés. En la meta se superó el número esperado de 4.000 asistentes. Había muchas gorras e incluso algún paraguas para prevenirse del calor. Eso sí, era más complicado ver algún 'maillot' que camisetas de la Selección Española o de algún club de fútbol. Cuando el pelotón enfiló Gil Cordero, el ruido de la afición, que golpeaba las tablas de publicidad para animar a los corredores, era ensordecedor.

Desmontaje y Parque Vuelta

Casi tan rápido como pasaron los ciclistas por la ciudad se desmontó todo el circuito. Una gran parte del público acudió después a las actividades programadas en el Paseo de Cánovas y enmarcadas bajo la denominación 'Parque Vuelta'. Los niños se entusiasmaron especialmente con el vehículo hammer que presentó la Policía Nacional. Se subían, manejaban el volante, tocaban algún que otro botón, posaban para la foto de rigor y bajaban emocionados. A continuación, lo mismo con las motocicletas y con los perros que habían llevado los agentes policiales. Pero el Parque Vuelta fue mucho más. Cocina en vivo a cargo de Luis Fernandes, bicicletas estáticas que acumulan kilómetros que se convierten en kilos de alimentos o ruletas de la suerte para ganar regalos promocionales son sólo algunos ejemplos. También hubo exhibiciones de bicicleta extrema BMX y trial o simuladores.

Anteriormente, a las 15 horas, se daba el pistoletazo de salida a la Vuelta Junior, donde el más de centenar de niños seleccionados por los centros escolares antes de verano se subían a las dos ruedas y completaban el circuito desde la avenida de Alemania. Ya por entonces, las tiendas oficiales de la Vuelta se llenaban de curiosos. En una de ellas atendían Fabio y Luigi, dos italianos que recorren toda España con la competición. «Hay poco dinero y pocas ventas», señalaban. Allí, entre otras cosas, se podía adquirir una gorra con motivos de la Vuelta por cinco euros, calcetines por diez euros o cascos por cincuenta.

La mejor noticia posible al terminar la carrera era que todo había transcurrido con absoluta normalidad y sin incidentes reseñables, tal y como confirmaba el jefe de la Policía Local, Emeterio Corchado. Tampoco se dieron incidentes graves que requirieran atención sanitaria, aunque Cruz Roja sí atendió a una chica que se había mareado y un joven que participaba en la Vuelta Junior y que se cayó.