Alzhei estrena sede con capacidad para atender a unas 30 personas

La Asociación Cacereña de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras demencias, 'Alzhei-Cáceres', inaugura su Club de la Memoria en la nueva sede de la entidad, ubicada en el Nuevo Cáceres, un local que se ha conseguido gracias al respaldo de los ciudadanos.

Hasta junio, la asociación atendía a los enfermos en un espacio alquilado en Moctezuma, de apenas 80 metros cuadrados. Allí, según el presidente de Alzhei, José Luis Lozano, «no podían recibir como debían a sus usuarios». Tras la solicitud de un cambio de sede en repetidas ocasiones, sin obtener respuesta, finalmente, el apoyo de 5.000 ciudadanos y sus firmas, les permitió ser escuchados por la administración.

El local, ahora situado en la calle Ávila, ha sido cedido por la Consejería de Salud y Política Social y para poder ser ocupado ha tenido que ser previamente acondicionado. La reforma de las instalaciones ha supuesto un desembolso de 35.000 euros, lo que según Lozano, «ha sido un esfuerzo para la asociación».

En 2004, el colectivo inició un programa de atención diurna gracias a una subvención de la Caixa. Según el presidente, no confiaban demasiado en la perdurabilidad del proyecto por la escasez de fondos, sin embargo, desde junio sus puertas continúan abiertas a todos los cacereños que sufran esta enfermedad en una nueva sede.

A diferencia del antiguo local donde solo tenían una sala y un despacho, el nuevo centro de Alzhei dispone de una sala de fisioterapia, dos de estimulación cognitiva, una sala multiusos, un office, baños adaptados y un despacho. Esto supondrá la mejora de la calidad de la atención y la ampliación del número de pacientes, que ahora supera la veintena.

En total, tienen capacidad para 30 enfermos, 18 leves y 12 moderados. Además continúan con su servicio de transporte, y quieren incorporar un servicio de comedor. «Estamos esperando la demanda de los usuarios por si necesitan o no comedor», añade Lozano.

Dentro de sus nuevos proyectos está también la creación un taller de memoria para personas sanas. «Lo que se pretende es dar herramientas al usuario para prevenir y ralentizar la aparición de la demencia», explica. Por otra parte, indica que cada vez atienden a personas más jóvenes.

En este Club de la Memoria, son las familias las que se encargan de ponerse en contacto con la asociación. Cuando a sus padres o hermanos se les diagnostica la enfermedad, pueden acudir en dos turnos, por la mañana y por la tarde. En el turno diurno, Rosa Pérez, de 83 años se entretiene con el resto de sus compañeros. Lleva siete años de relación con la asociación y se siente muy contenta con la atención que le prestan. Tiene 3 hijos y 9 nietos. Recuerda que de joven trabajó fregando y en la casa de su tía Manolita haciendo «trenzas y moños de campuza». Se quedó viuda hace tiempo y explica que sufrió mucho, aunque ahora es muy feliz junto a su familia.

Le encanta escribir y hacer caligrafía. Ha hecho amigos en la asociación, unos más especiales que otros, y comenta entre risas que le gustaría que se organizase algún viaje. Lozano, que la escucha hablar, dice que lo que quiere es irse a la playa. Él también cuenta que uno de los nietos de Rosa está investigando sobre el alzheimer y Rosa lo corrobora. En una de las nuevas habitaciones ella juega con otros usuarios mientras intenta que no se pierda su memoria.

El día 21 del presente mes de septiembre será su día y el de millones de enfermos. La asociación lo celebrará con una carpa informativa en Cánovas. Dos días antes, el 19, habrá un concierto de jazz a cargo de Javier Arroyo en la Sala Capitol.