San Francisco pide ayuda al Consistorio para poder pagar el alquiler de su sede

«A ver si nos puede abonar algo porque si no, tendremos que cerrar». Así de rotundo se expresa Juan Burgos, presidente de la asociación de vecinos Puente de San Francisco cuando habla de las dificultades económicas para poder soportar el gasto de la sede social.

Detrás de las alegrías propias de las fiestas, que ayer culminaron, están los números, las facturas y los recibos, fundamentalmente el del pago del alquiler del inmueble que sirve como sede de la asociación, 350 euros mensuales. Son las penurias económicas que, según Burgos, está padeciendo esta veterana asociación vecinal de la ciudad que ayer clausuró su programa de fiestas anuales, iniciadas el pasado día 1 de septiembre.

Las fiestas acabaron al mediodía, con la degustación de un cocido popular, una actividad que contó con la presenciad e la alcaldesa, Elena Nevado, y de otros miembros de su equipo de Gobierno así como concejales del grupo socialista.

El bar de la asociación repartió en la plazuela del barrio alrededor de 150 raciones de cocido completo, con todos los ingredientes, como manda la tradición. Se utilizaron 25 kilos de garbanzos; diez kilos de ternera; diez kilos de chorizo y otros diez kilos de morcilla «más una gallina y un poco de costilla para darle más sabor», detalla Juan Burgos, quien aprovechó la presencia de la alcaldesa para exponerle gravedad de la situación económica de la asociación así como los principales problemas o inquietudes que tiene actualmente el barrio. Entre estos problemas, cita el deterioro de la pista deportiva del barrio, la proliferación de la actividad de tráfico de drogas en ese lugar así como de perros peligrosos. Burgos pide más vigilancia policial.

«Hemos hablado con la alcaldesa y nos ha prometido que nos recibirá», afirma el presidente vecinal, quien argumenta la petición de ayuda económica al Ayuntamiento con el hecho de que la asociación Puente de San Francisco «es la única que paga el alquiler de su sede». Se refiere al hecho de que el resto de colectivos vecinales disfrutan de las sedes sociales que les ha facilitado el Ayuntamiento con locales cedidos o incluso inmuebles de nueva construcción. Sin embargo, San Francisco ocupa un inmueble propiedad de una empresa privada, por el que paga un alquiler mensual y a este gasto ha de sumar los recibos del agua y la luz así como los gastos de cualquier reforma o reparación que sean necesarias. Por ello, Burgos insiste en lanzar la petición de auxilio al Ayuntamiento, aunque éste ya proporciona anualmente la línea de subvenciones a las asociaciones para sufragar sus actividades.

En el caso de San Francisco, estas fiestas que terminaron ayer han tenido un coste de aproximadamente 1.500 euros «y nos hemos tenido que apretar mucho el cinturón». De todas maneras, hace una evaluación positiva de los festejos y de la participación de los vecinos, aunque lamenta que la lluvia del pasado jueves obligó a suspender una de las actividades más atractivas, el programa de educación sobre reciclaje de residuos con castillos flotantes que proporcionaba la empresa concesionaria de la limpieza, Conyser.

Además del cocido popular, ayer se entregaron los premios de los diferentes concursos celebrados durante la semana de fiestas.