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Un voluntario atiende a los usuarios en el comedor social de San Agustín. :: HOY
El comedor de San Vicente de Paúl estrenará su nueva sede en octubre
BADAJOZ

El comedor de San Vicente de Paúl estrenará su nueva sede en octubre

Han recaudado ya 10.000 euros en donativos mediante la campaña 'Apadrina un ladrillo', pero necesita al menos otros 20.000 euros más para poder adaptar el nuevo local

TANIA AGÚNDEZ

Martes, 10 de septiembre 2013, 10:03

La presidenta del comedor social San Vicente de Paúl, Petri González Parejo, cuenta los días que faltan para que este servicio empiece a funcionar en su nueva sede. Este comedor, que ahora se encuentra ubicado en la calle José Lanot (enfrente de la iglesia de San Agustín), se mudará en breve a un local más grande situado en la calle San Pedro de Alcántara. Petri González afirma que la previsión es que el nuevo espacio esté abierto la primera quincena de octubre. Con este traslado, este servicio conseguirá duplicar sus plazas para poder atender toda la demanda.

A principios de este verano la coordinadora de este servicio anunciaba que disponían de un nuevo establecimiento gracias al apoyo de Caja Badajoz, que se comprometió a pagar la mitad del alquiler de las nuevas instalaciones. Ahora, están pendientes de las obras de adecuación del nuevo local, para lo que también necesitan ayuda económica.

Con el objetivo de recaudar fondos para sufragar el coste de la obra de adaptación y comprar el nuevo mobiliario se creó una campaña llamada 'Apadrina un ladrillo', mediante la que hacían un llamamiento a los ciudadanos que quisieran colaborar con este proyecto.

Desde principios de julio, momento en el que se puso en marcha esta iniciativa, el comedor social ha logrado reunir alrededor de 10.000 euros, menos de lo que esperaban. «Creemos que ha sido por el verano, ya que mucha gente se encuentra fuera de vacaciones», argumenta Petri González. Indica que a esta cantidad habría que sumar una aportación aprobada por el Ayuntamiento de Badajoz, que todavía no han recibido. Sin embargo, destaca que necesitan al menos otros 20.000 euros para hacer frente a todos los gastos. «Hay que adaptar los aseos, acondicionar la cocina, el comedor y la despensa. Y también hay que comprar mesas, sillas y cámaras frigoríficas. Hasta nuevas ollas y sartenes, porque las que tenemos ahora están muy viejas», asegura.

La presidenta de este comedor social agradece el esfuerzo y la generosidad de los particulares que realizan donaciones. «La más abundante ha sido de 5.000 euros que ingresó un anónimo en la cuenta habilitada para este fin (2086-6000-30-00-000535-83). Cualquier aportación es bienvenida, aunque sea de 50 céntimos», apunta.

Petri González señala que los gastos a los que hace frente esta institución son muchos. Aún sigue pagando el alquiler del local de José Lanot, que les cuesta 550 euros mensuales, más los 1.000 euros del arrendamiento de las nuevas instalaciones, que ya están pagando. Para este último espacio cuentan con la ayuda de Caja Badajoz, que aportará la mitad hasta mayo de 2016. «No hay que olvidar que tenemos que costear otros gastos como luz, agua o gas. También hay que pagar unos 800 euros de sueldo a la cocinera que trabaja en el comedor, la única que cobra», sostiene.

El nuevo establecimiento cuenta con instalaciones más amplias y, por lo tanto, con más espacio para dar un mejor servicio a los usuarios. Con el traslado al nuevo local, el comedor duplicará sus plazas y podrá cubrir el aumento de demanda que han experimentado en los últimos años. «Hace unos tres años venían unas 18 personas y ahora este número se ha duplicado», reconoce. En estos instantes, el comedor social de San Vicente de Paúl atiende a unas 30 personas, aunque siempre llegan unas diez más para las que no hay espacio. Su futura sede contará con 60 plazas. «Ahora caben 30 usuarios, pero muy apretados. Además, hay días que llegan incluso más personas a las que casi no podemos acoger. Son pobres, pero también son personas y merecen una atención digna», reflexiona Petri González. Este servicio no solo da de comer a sus usuarios a diario, sino que también les facilita una bolsa con comida para la cena por las noches. Los productos les llegan desde el Banco de Alimentos.

Por otro lado, Petri González manifiesta que les faltan voluntarios. Actualmente cuentan con unos 20, la mayoría de ellos personas mayores. «Necesitamos a gente joven, que sepa desenvolverse», incide. Casi todas son mujeres, sólo hay 3 hombres, por lo que hace un llamamiento a la colaboración de hombres jubilados que quieran echar una mano en el comedor.

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