'La Guapa' deslumbra con su presencia bajo el sol de Villanueva

Cada Semana Santa es habitual verla abriendo los desfiles procesionales. Pero ayer a la Virgen de los Dolores no la alumbraba la luz de las velas ni le acompañaba ese tintineo tan característico al golpear los rosarios en los varales del palio, mientras sus costaleros la portan al 'estilo sevillano'.

Ayer, la talla de Mariano Benlliure deslumbró con su presencia bajo el sol de Villanueva y certificó el apodo de 'La Guapa' con el que se la conoce en la localidad. La procesión matinal de la Virgen de los Dolores era el acto más destacado dentro de los organizados por su cofradía con motivo de la celebración del 70 aniversario de la llegada de la talla a la ciudad. Y lo cierto es que los villanovenses no defraudaron y arroparon a su Virgen con su masiva presencia.

En un paso ligero, la Virgen de los Dolores desfiló por las calles vistiendo el terno negro bordado en los talleres sevillanos de Encarnación Perea de Carrasquilla en los años 40. El acompañamiento musical lo puso la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

A la luz del día, los rasgos y facciones de la talla de Benlliure lucieron en todo su esplendor. Cabe recordar que el escultor valenciano se inspiró para llevar a cabo esta escultura en una joven de raza gitana, supuestamente familiar de Joselito 'El Gallo'. Una afirmación que se basa en el enorme parecido que tiene la Virgen con una de las integrantes del duelo que aparece en el monumento funerario realizado por el escultor a la memoria del famoso torero y que se puede visitar en el cementerio sevillano de San Fernando.

Fue el 25 de julio de 1943, con la ciudad en plenas fiestas patronales, cuando hacía entrada en la estación de ferrocarril un tren procedente de Madrid en el que viajaba una pasajera excepcional: la talla de la Virgen de los Dolores. Costó 11.000 pesetas y se costeó por suscripción popular. Y ayer, cumplió los 70 años de su presencia con una procesión extraordinaria a la que el pueblo respondió.