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Mark Anderson, de la Milicia de Infantería Ligera de Spokane (Washington), practica el tiro durante el encuentro de estos grupos celebrado este verano en Idaho. Todas las fotos de estas páginas corresponden a esa reunión. :: MATT MILLS MCKNIGHT/REUTERS
Armas a punto
SOCIEDAD

Armas a punto

Los grupos paramilitares se han multiplicado en EE UU como reacción a Obama. Ahora, quieren construir un pueblo fortificado para «patriotas»

CARLOS BENITO

Domingo, 22 de septiembre 2013, 02:14

El zombi de la foto es solo una metáfora. Los grupos paramilitares de Estados Unidos no andan escasos de obsesiones singulares -algunos de sus miembros, por ejemplo, están convencidos de que existe un plan en marcha para fusionar su país con Canadá y México-, pero no suelen aplicar ese talante imaginativo a historias de muertos vivientes con hambre de cerebros. Sus enemigos son otros.

Estas milicias vienen a ser el brazo armado del llamado 'movimiento patriótico', formado por ciudadanos que ven en la actividad del Gobierno federal una repetida violación de sus derechos constitucionales. Les irritan particularmente las subidas de impuestos y las restricciones a la posesión de armas, pero los más sensibles también pueden sentirse agraviados por cuestiones como las campañas obligatorias de vacunación o el requisito de sacarse un carné antes de conducir. Algunos dan el paso de organizarse para el combate, con sus sesiones de entrenamiento en la espesura de algún bosque y su resultona parafernalia. Los protagonistas de las imágenes, por ejemplo, pertenecen a la denominada Milicia de Infantería Ligera, con «unidades» en varios estados, y lucen insignias con su lema, escrito en griego: 'Ven y cógelas'. Es lo que respondió Leónidas, en la batalla de las Termópilas, cuando Jerjes le pidió que depusiera las armas.

La edad de oro de estos comandos paramilitares fueron los años 90, cuando la política fiscal de Bill Clinton, el debate sobre las armas en manos de particulares y episodios como el asedio a los davidianos en Waco estimularon la «retórica contra el Gobierno», como la denomina el FBI. Miles de exaltados en todo el país creyeron que Washington se estaba extralimitando y decidieron que era mejor ir preparándose para «defender la Constitución». El Southern Poverty Law Center, organización dedicada a estudiar y combatir el extremismo en Estados Unidos, contabilizaba a mediados de aquella década 441 milicias. A partir de ahí, el fenómeno se fue desinflando. En 2008 solo quedaban 43, pero la llegada de Barack Obama a la presidencia ha estimulado de nuevo la movilización: el cómputo más reciente, de 2011, recoge la existencia de 334 grupos paramilitares. «Obama ha sido el mejor vendedor de armas de la historia», ironizaba el año pasado Ed LeStage, de la milicia de Spokane, que también se declaraba convencido de que el segundo mandato del presidente va a convertir Estados Unidos en «otro país socialista».

Un selecto 3%

La última iniciativa de estos colectivos se ha bautizado como The Citadel, 'La Ciudadela', y es el proyecto de construir una población fortificada en la que podrán residir entre 3.500 y 7.000 «patriotas». Han elegido como emplazamiento lo más profundo de Idaho, una región que les resulta muy atractiva por su aislamiento, su baja densidad de población y su elevado porcentaje de habitantes blancos: allí se tomaron las imágenes que ilustran estas páginas, y en el pasado la zona ya ha sido escenario de varios intentos de establecer comunidades de extrema derecha. Por si acaso, el manifiesto fundacional avisa de que marxistas, socialistas y similares seguramente encontrarán 'La Ciudadela' «incompatible con su ideología y su estilo de vida». Entre las reglas para los futuros residentes destaca la obligación de que todos los mayores de 13 años sean competentes en el manejo de rifles y pistolas. Cada hogar debe aportar «un patriota físicamente capaz» a las maniobras de adiestramiento militar que se celebrarán una vez al mes.

De momento, solo han comprado ocho hectáreas de terreno, pero cuentan con los permisos legales para la empresa que financiará la ciudad. Es, seguramente, el negocio más apropiado: 'Armas III' tiene ya a la venta pistolas y fusiles AR-15 («hechos por patriotas para patriotas», dice el eslogan) con precios a partir de 1.100 euros. El tres en números romanos hace referencia a una de las ideas que más entusiasmo generan en el seno de estas milicias: a los paramilitares les gusta repetir que solo el 3% de los ciudadanos de las trece colonias combatieron para lograr que Estados Unidos se independizase, así que sus grupos pueden verse como los herederos de esa selecta minoría en su tarea de proteger la Constitución.

Porque están convencidos de que los Padres Fundadores, si pudieran pronunciarse, se pondrían de su lado. Y no solo ellos: «Esta senda en la que os embarcáis no es sencilla -escribe Jeff Stankiewicz, a quien vemos en una foto abrazado a la bandera-. Necesitaréis ayuda de arriba. Rezad con todo vuestro corazón y toda vuestra alma para conseguir fuerza y sabiduría. Y, entonces, empezad a entrenar como locos».

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