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E. F. V.
Martes, 24 de septiembre 2013, 09:43
Los juzgados de instrucción de Badajoz deberán determinar quién es el culpable del atropello que se produjo durante la mañana del domingo en la calle El Nardo, un vial secundario de la barriada de Pardaleras en el que resultó policontusionado un joven de 27 años que caminaba por la acera.
La Policía Local ha explicado que el suceso tuvo lugar a las 9.15 de la mañana. A esa hora recibieron una llamada en la que se alertaba del atropello que acaba de sufrir un joven en la calle El Nardo.
El equipo de atestados se desplazó con urgencia a la zona, donde comprobó que un coche que salía de una cochera había causado lesiones a un joven que caminaba por la acera. Según les explicaron, el vehículo había subido la rampa del garaje y golpeó al peatón al salir a la calle.
El supuesto causante de los hechos era F. J. M. M., un hombre de 52 años de edad que circulaba a bordo de un coche Hyundai. Sin embargo, el automovilista relató a los agentes que no fue él quien se llevó por delante al peatón, sino todo lo contrario.
Según su versión de los hechos, él tenía el coche detenido cuando el joven se echó encima del automóvil, golpeando primero contra la aleta delantera derecha y luego contra el capó.
Con el fin de esclarecer los hechos, los policías decidieron someter al peatón a la prueba de alcoholemia. En ese test, C. R. I., de 27 años de edad, rozaba los 0,75 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, casi el triple de lo que permite el reglamento de circulación. Por su parte, el conductor del vehículo se sometió a la misma prueba, pero dio negativo.
Decidirá el juzgado
Tras constatar que el joven estaba bebido, los agentes realizaron un atestado policial en el que recogieron todos los datos que pudieron recabar en el lugar de los hechos.
Ese informe ha sido remitido al juzgado de instrucción que estaba de guardia para que se inicie una investigación que determine quién es el culpable de este accidente de tráfico.
Lo sucedido en la calle El Nardo ha roto los esquemas habituales de investigación en la Policía Local de Badajoz. Lo frecuente es que sea el conductor quien se someta a la prueba de alcoholemia, pero en este caso también resultaba pertinente saber si el peatón se encontraba en perfecto estado o iba bebido, tal y como ocurrió.
La ley en vigor indica claramente que la obligación de someterse a la prueba existe para los peatones que se hayan visto implicados en un accidente de tráfico. Negarse a soplar es castigado con una sanción administrativa que asciende a 500 euros.
En ese caso, siempre se trataría de una infracción administrativa. Por tanto, nunca tendría consecuencias penales no hacer el test.
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