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Desplante de Antonio Ferrera ayer, en la última corrida de la feria de Logroño. :: EFE / RAQUEL MANZANARES
Antonio Ferrera despide la feria de Logroño con una vuelta al ruedo
TOROS

Antonio Ferrera despide la feria de Logroño con una vuelta al ruedo

Los toros de Alcurrucén, deslucidos en conjunto, condicionaron sobremanera la falta de lucimiento de la terna

LUIS RUIZ

Miércoles, 25 de septiembre 2013, 12:18

Dos vueltas al ruedo sin trofeos a cargo de Antonio Ferrera y Diego Urdiales fue el tibio cierre de la Feria de San Mateo de Logroño, en la que los toros de Alcurrucén, deslucidos en conjunto, condicionaron sobremanera la falta de lucimiento en la tarde.

No fue el broche que se esperaba a la feria. No funcionó la corrida de Alcurrucén, y, en consecuencia, los toreros no pudieron alcanzar el triunfo deseado, aunque, en su haber, cabe destacar la disposición de los tres para imponerse a la adversidad.

Sobriedad y profesionalidad

Antonio Ferrera llevó a cabo una primera faena de mucha sobriedad ante un astado que apenas se prestó, muy informal y sin humillar, al que pasó por los dos pitones pero sin poder imponerse a la deslucida condición del animal.

En el cuarto comenzó el extremeño a levantar los ánimos con las banderillas, lo que aprovechó para mantener la intensidad en la muleta con una faena de profesional y más que cumplidora ante un toro descastado y que embestía a regañadientes.

Diego Urdiales sorteó, en primer lugar, un toro también parado y a la defensiva, y que, para colmo, desarrolló un peligro sordo con el que no valían confianzas. El torero riojano puso mucha voluntad pero sin poder armar faena debido a tantas dificultades.

El quinto tuvo más movilidad que sus hermanos, aunque con el defecto de puntear siempre los engaños, lo que hizo que la labor de Urdiales no llegara a levantar el vuelo deseado a pesar de las buena disposición mostrada por el riojano en todo momento, destacando sobre todo con los pases de pecho y otros remates.

Jiménez Fortes se mostró por encima de su deslucido primero, toro muy agarrado al piso, con el que el malagueño hizo alarde de valor y firmeza para extraer naturales de uno en uno de bello trazo, dentro de un conjunto que no acabó de tomar vuelo.

El toro que cerró feria fue un auténtico mulo, que topaba más que embestía, con el que Fortes, que volvió a estar firme, se acabó desesperando en un continuo quiero y no puedo.

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