La solución más fácil

Los presupuestos 2014 incluirán la congelación salarial de los 2,6 millones de trabajadores de todas las administraciones. A mediados de 2010, el gobierno anterior redujo un 5% en promedio los sueldos públicos para la segunda mitad del año, y desde entonces se suprimió una paga extra y los salarios han permanecido congelados. Al menos, en 2013 y 2014 no se suprimirá paga alguna. Esta es la manera más fácil de reducir el déficit, evidentemente, pero en un cierto momento habrá que empezar a pensar si es justo que estos trabajadores públicos hayan de soportar la carga principal de la crisis, por más que los funcionarios tengan asegurado el puesto de trabajo (no todos los trabajadores del sector público son funcionarios). Según el sindicato CSI-F, la pérdida de poder adquisitivo acumulada de estos empleados ronda ya el 30%. Quizá fuera momento, en puertas de una anunciada reforma fiscal, de buscar la equidad devolviendo a los trabajadores públicos una parte del salario perdido y procurando que nuestros ricos, que lo son cada vez más, sostengan su parte correspondiente del Estado. Porque la crisis ha acentuado aparatosamente la inequidad de nuestros modelos, no solo en España, y el fin de la recesión debe suponer un reparto más igualitario de las cargas tributarias y sociales.