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¿A las 3 serán las 2?
SOCIEDAD

¿A las 3 serán las 2?

El ministro Luis de Guindos no descarta retrasar los relojes para ajustarnos al huso horario que nos corresponde. Aunque los canarios no quieren perder esa 'hora menos' que tanta publicidad les da

YOLANDA VEIGA

Viernes, 27 de septiembre 2013, 11:29

Si se acerca estos días a Londres y se hace una foto junto al Big Ben aproveche para poner el reloj en hora. El Gobierno de España estudia modificar el huso horario y atrasar las manecillas 60 minutos, de manera que en lugar de compartir horario con alemanes y holandeses lo hagamos con ingleses, irlandeses y portugueses. Que es con quienes deberíamos estar sincronizados por razones geográficas.

La propuesta está incluida en el 'Estudio de la racionalización de los horarios, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y la corresponsabilidad entre padres y madres', que el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha prometido estudiar. «Desde luego no lo vamos a dejar en el cajón. Desde el punto de vista geográfico, hay una divergencia entre el horario actual y el que correspondería, aunque no es un tema sencillo». En el PSOE creen que cambiar los relojes sería «muy llamativo», pero «no va a influir» en nuestra calidad de vida.

De aprobarse la modificación se subsanaría un error cometido hace 73 años, en 1940, cuando Franco ordenó adelantar sesenta minutos el horario oficial de España e igualarlo al de Alemania, en un gesto de lealtad al Gobierno de Hitler.

Las Islas Canarias no fueron incluidas en esta orden, así que allí el reloj siguió marcando una hora menos. Nos lo recuerdan a cada rato los noticieros, que desde los años 70 utilizan esta coletilla: 'Son las seis, las cinco en Canarias'. Lo que supone una publicidad gratuita para el archipiélago al que no están dispuestos a renunciar. «¿Cuánto costaría una campaña de mención a Canarias en todos los medios, a todas las horas, todos los días, tal como se hace ahora, si hubiera que pagarlo», se pregunta en su blog el presidente de la región desde 2007, Paulino Rivero (Coalición Canaria), que se opone al cambio peninsular porque supondría igualarlo al canario. No sabemos lo que costaría, pero valga una referencia: hace cuatro años, el Ejecutivo vasco pagó 278.767 euros por insertar en televisión un anuncio de promoción del turismo en Euskadi antes de las campanadas de Nochevieja.

Mientras que Rivero aduce razones económicas, los canarios de a pie recurren a lo sentimental. «Perderíamos una seña de identidad e imagen. No veo necesidad ni beneficio, me parece una cosa más bien exótica», opina el responsable de una oficina de turismo de Tenerife, la isla más visitada (4,5 millones de personas al año). El turismo es el motor económico de Canarias, que recibió en 2012 más de 11 millones de viajeros, el 90% de ellos extranjeros.

Claro que hay una solución que contentaría a todos: retrasar una hora los relojes de la Península y otra más los de Canarias, manteniendo así los 60 minutos de diferencia actuales. «Eso sería lo correcto. Tanto la hora de la Península como la de Canarias están actualmente mal, están adelantadas», aclara el astrónomo Miguel Gilarte, que aplaude la iniciativa del Congreso para devolver a España al sitio que le corresponde en el mapa que rige el meridiano de Greenwich. Este meridiano debe su nombre a la localidad inglesa que atraviesa la línea imaginaria que une los dos polos y fue aceptado como la referencia mundial en 1884. Entonces se establecieron 24 husos horarios para otras tantas áreas geográficas. Al pasar de un huso a otro en dirección este hay que sumar una hora (por eso Alemania tiene una más que Gran Bretaña) y restarla hacia el oeste.

La Península se encuentra en el mismo segmento geográfico que el Reino Unido, de manera que deberíamos tener también la misma hora, o sea, una menos. A las Islas Canarias, situadas más al oeste, «le corresponde una hora menos que a la Península. De manera que si ahora mismo en Londres son las diez de la mañana, en Madrid deberían ser también las diez y en Canarias, las nueve», señala a modo de ejemplo Gilarte.

Empezar a trabajar a las 7.30

Junto a la propuesta de retrasar una hora el reloj, el informe que va a estudiar el Gobierno de Rajoy incluye otras para conciliar la vida familiar y laboral. «El cambio del huso horario debe ir acompañado de un vuelco en las rutinas. En lugar de entrar a trabajar a las nueve de la mañana podríamos empezar entre las siete y media y las ocho y reducir el tiempo para comer. Sería más coherente. Al terminar antes de trabajar, los padres podrían ir a recoger a los hijos al colegio», sugieren desde la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios. Hace tres años ya elevaron sin éxito esta petición al Gobierno.

Ahora parece que lo van a tener en cuenta: «Cualquiera sabe las dificultades que hay con unas oficinas que no se cierran nunca y un horario que va con el paso cambiado. Las dificultades para mantener una familia y poder trabajar son un problema nacional», señaló ayer el portavoz del PP, Alfonso Alonso.

Si amanece antes, empezaremos a trabajar antes, saldremos de la oficina antes, cenaremos antes, nos sentaremos en el sofá antes -proponen adelantar el horario del 'prime time' «porque es una barbaridad estar viendo la tele a las doce de la noche»- y nos iremos antes a dormir. Como los ingleses. A ver si, de paso, se nos pega un poco la puntualidad británica.

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