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GLORIA CASARES
Domingo, 29 de septiembre 2013, 13:41
Durante muchos años, en España se ha denominado 'ping-pong' al tenis de mesa de forma coloquial, aunque ahora solo los más tradicionales llaman así a este deporte.
Un deporte, el tenis de mesa, que llegó procedente de Asia, donde siempre ha sido muy popular. De hecho, de ese continente han sido los mejores jugadores del mundo. Pero, aquí, en España, siempre ha contado con un gran número de aficionados.
Afición que llevó a Almendralejo a la cima del deporte español. Primero con el club de 'El Obrero Extremeño' y después con el 'Tenis de Mesa Almendralejo'. Este deporte llevó el nombre de la capital de Tierra de Barros a lo más alto del panorama nacional, mucho antes de los gloriosos años del fútbol de Primera División.
De la mano de esos éxitos llegaron hasta Almendralejo profesionales de este deporte como Marinkievich y Juan Bautista Pérez, que recalaron en la ciudad fichados por el club de tenis de mesa, pero que después se asentarían en la localidad pacense formando familias y pasando a ser hijos adoptivos, no oficiales, pero sí de corazón.
El caso de Juan Bautista Pérez es de los más peculiares. Llegó a Almendralejo en 1991, cuando tenía apenas 22 años, fichado por el Caja Badajoz-El Obrero Extremeño, para jugar en la máxima categoría del tenis de mesa español. Pero lo más destacado es que Pérez ha competido en esta máxima categoría durante casi 20 años. En ese tiempo, el leonés se ha afincado en Almendralejo, ha formado una familia y ya tiene casi criados a sus cuatro hijos.
Ahora, después de tanto tiempo y con 44 años, sigue jugando en la División de honor del tenis de mesa, lo que sería la segunda división en este deporte con el Almendralejo Tenis de Mesa.
Pero la historia de Juan Bautista Pérez es más compleja, porque en tantos años de campeonatos internacionales no todo fue gloria, también hubo momentos dramáticos. Como cuando contrajo una extraña enfermedad en 1987 en el Mundial de Tenis de Mesa de la India, de consecuencias irreversibles.
La enfermedad, llamada guillain-barre, degenera los músculos. La consecuencia es que le impide tener la máxima movilidad en ambas piernas. A pesar de ello, sigue jugando y dedica al tenis su vida profesional, aunque lo hace como monitor impartiendo clases a niños y como responsable técnico del club.
Sin embargo, la oportunidad le ha llegado a su madurez, cuando llamó a su puerta la Federación Española de Tenis de Mesa, para solicitarle su participación como paralímpico, representando a España en los campeonatos del mundo.
«Estoy muy ilusionado, he decidido que voy a poner todos mis esfuerzos en este nuevo proyecto en mi vida», comenta el leonés. Pérez ya ha logrado un meritorio tercer puesto en el Open Internacional, disputado en la República Checa la semana pasada, una medalla que ha querido entregar al Ayuntamiento de Almendralejo en agradecimiento a «todo lo que esta ciudad me ha dado», relató el deportista.
A día de hoy todavía se encuentra en Italia, donde desde ayer está disputando el Campeonato de Europa con la selección, y todo con las miras puestas en su participación en las Paralimpiadas de Brasil de 2016.
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