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E. F. V.
Sábado, 5 de octubre 2013, 20:21
La sala de exposiciones temporales del Museo de la Ciudad recuerda desde ayer algunos de los episodios más negros de la historia de España. Y lo hace de forma directa, mostrando los subfusiles, las pistolas y los 'bazokas' o lanzacohetes incautados a los terroristas. «Este 4 de octubre hace 33 años de la muerte de mi marido. Nos habíamos casado cuatro años antes y sólo llevábamos un mes allí. Me quedé viuda con un niño de tres años y otro de dos», recordaba ayer con lágrimas en los ojos Manuela Orantos Alonso, una de las viudas de guardia civil que viven en Extremadura.
Delegada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Extremadura durante años, esta luchadora no pudo contener la emoción cuando se encontró con la imagen de su marido. «Se llamaba Avelino Palma y era de Olivenza, aunque se crió en Badajoz. A mí me avisaron a casa cuando sucedió el atentado, no me lo podía creer».
El día del atentado, Avelino tenía 30 años y Manuela, 29. «Su labor era cortar el tráfico en una carrera de cadetes organizada por la alcaldesa de Salvatierra de Álava, que se puso de acuerdo con el cura, Ismael de Arrieta Pérez de Mendiola. El cura fue varias veces a la Comandancia de la Guardia Civil preguntando por dónde iba a pasar la vuelta ciclista. Luego, el atentado lo cometieron 'Makario', José Lorenzo Ayestarán, que está en Francia pendiente de extradición, y José Manuel Aristimuño».
Manuela Orantos revivió ayer lo sucedido hace tres décadas en Salvatierra de Álava y lamentó que ETA no haya entregado aún las armas. «A mí me parece muy emotivo que se haga esta exposición de recuerdo, porque estás viendo fotografías de atentados, de toda la historia de la democracia. La pena es que ETA ahora se está reagrupando, porque no entregan las armas ni se disuelven, están haciendo un brazo nuevo de ETA».
La viuda del guardia civil adelantó que el próximo mes de diciembre se estrenará un reportaje de Iñaki Arteta en el que ella aparecerá depositando unas flores en el lugar donde asesinaron a su marido. «Se trata de testimoniar que no son presos políticos, que simplemente son asesinos».
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