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M. FERNÁNDEZ
Miércoles, 9 de octubre 2013, 10:47
Ochenta latas de refresco pueden transformarse en una llanta de una bicicleta; seis bricks de leche, en una caja de zapatos; y cuarenta botellas de plástico, en un forro polar. Son algunos ejemplos de la segunda 'vida' que pueden llegar a tener los envases que se depositan en la basura si se reciclan de manera correcta. En el caso del contenedor amarillo, el 35 por ciento de los residuos son 'impropios', es decir, deberían acabar en otro contenedor porque no son envases ligeros de plástico, latas o bricks.
Para fomentar el correcto reciclado de los envases, Ecoembes (organización encargada tanto de los envases ligeros como de los de cartón) y el Ayuntamiento presentaron ayer una nueva campaña de concienciación. El objetivo es remarcar a los cacereños los errores más habituales a la hora de depositar los residuos en el contenedor amarillo y que son tirar vidrio, cartón y elementos orgánicos.
«Si se tiran cosas como las cajas de galletas, los tarros de espárragos o envases sin vaciar del todo como un brick lleno de grasa se altera la cadena de los residuos», explicó Juan Alonso de Velasco, subdirector de márketing de Ecoembes. La campaña estará presente en diferentes soportes publicitarios, como vallas o autobuses urbanos, hasta el próximo 7 de noviembre.
En Cáceres, se recoge una media de 12,78 kilos de envases por habitante al año, lo que la convierte, según dijo el responsable, en una ciudad que registra casi dos kilos por encima de la media nacional. Según datos facilitados por Conyser, en 2012 se retiraron 1.131.800 kilos de residuos de los contenedores amarillos, lo que supone un descenso con respecto al año anterior, cuando se generaron 1.372.520 kilos de residuos. Por su parte, de los contenedores azules que recogen papel y cartón se retiraron más de dos millones de kilos, cifra que se mantiene respecto a 2011.
El proceso de reciclaje de los residuos acumulados en el contenedor azul se envían a un procesador que lo clasifica en función de las calidades del papel, fabrica una pasta y con ésta, se elabora nuevo papel. Por su parte, los envases depositados en el contenedor amarillo se llevan a una planta de reciclaje donde se separan en siete clases, entre ellas, plástico, aluminio o polietileno. Los residuos de la ciudad, al igual que los de otros 37 municipios, van a parar al Ecoparque de Badajoz, ubicado en el kilómetro 9 de la carretera de Valverde de Leganés y que gestiona la empresa Gespesa.
«Necesitamos incentivar a los ciudadanos a mantener la calidad del servicio. Se está haciendo bien pero hay que continuar», apuntó la concejala de Medio Ambiente, María Teresa González. La responsable indicó que a principios de año se incrementó la cifra de contenedores de la ciudad e indicó que, actualmente, hay 770 contenedores amarillos (197 de carga lateral y 573 de carga trasera) y 301 azules.
El principal objetivo de la iniciativa es concienciar a los ciudadanos de que no solamente es importante reciclar si no que hay que hacerlo bien. «Una mala separación de residuos en el hogar perjudica el reciclado de los envases y genera problemas en el sistema de recogida. Si se hace una correcta separación y se deposita en el contenedor correspondiente, se conseguirá que sean reciclados y no acaben sin aprovechamiento en vertederos», añade Alonso de Velasco.
En un estudio que publicó recientemente Ecoembres, el 63 por ciento de los extremeños afirmó que separa todos o casi todos los residuos a diario para su reciclaje y el 92 por ciento valoró el reciclaje y la separación de residuos como 'muy importante' para el cuidado del medio ambiente.
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