Protesta sentado en la plaza para pedir ayuda y trabajo

El rostro de la crisis en Miajadas tiene un nombre, Miguel Tostado García, 36 años y padre de dos hijos, en paro desde hace tres años y dos años sin cobrar ningún tipo de prestación. Desde el pasado 4 de octubre se manifiesta cada día en la Plaza de España. No ha querido esconderse. Asegura que lleva varios meses sin que le den ningún tipo de solución por parte del Ayuntamiento. Cansado de que no le hagan caso decidió sentarse y reivindicar de forma pacífica, con carteles, una solución para su situación, un puesto de trabajo.

Antes de quedarse en paro trabajó en la construcción y también en la hostelería. Llegó la crisis y perdió el empleo, buscó y lo sigue haciendo pero por ahora no encuentra nada y su mujer tampoco. Vivía de alquiler y le echaron de casa. Ahora también está de alquiler en otra vivienda y ha podido pagar un recibo gracias a la ayuda de los vecinos. Pero no sabe como pagará las últimas facturas de luz y agua, o el material escolar de sus hijos, de ocho y diez años. Cree que la administración podría hacer más. «Llevo mucho tiempo tratando con asistentes sociales, dos años que no se soluciona nada y que te engañan», asegura Miguel. Denuncia que las ayudas no llegan y que tampoco le han tenido en cuenta para ningún trabajo municipal. «Lo único que han hecho ha sido mandarme o a Cruz Roja o a Cáritas», señala. Considera que se le podría haber contratado en alguna de las convocatorias temporales de empleo municipal.

De momento tiene el apoyo de su familia, su mujer y de sus hijos. Afirma que estará en la puerta hasta que se llegue a una solución. «De aquí no me moverán compañero, así de claro». En estos días afirma que en la Plaza le ha pasado de todo, hay gente que le ha apoyado, que le han llevado comida y también otros que le han insultado. Incluso conocidos que antes le hablaban le han retirado la palabra. «A mi me dan igual los partidos, si hubiera estado el PSOE lo habría hecho igual, se trata de que los que están gobernando miren por los ciudadanos, sean del partido que sea», señala Miguel.

Recuerda también que el comienzo del curso ha sido duro y que gracias a algunos vecinos sus hijos han podido tener material escolar y algún libro de segunda mano. Pero hay libros que tendrá que pagar y no sabe cómo.

Afirma que hay más gente en Miajadas con una situación similar pero que les cuesta dar la cara de manera pública. «A la gente le cuesta salir o por vergüenza o por miedo». El es optimista y está convencido de que con su reivindicación conseguirá algo. De momento Miguel seguirá con su protesta. Responsabiliza a los políticos de la situación que está pasando gente como él. «Yo no estoy haciendo nada malo, estoy luchando para tirar hacia adelante».