Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 21 de abril, en Extremadura?
Nemesio Frías, misionero en Zimbawe, durante un bautizo. :: CEDIDA
Curas con la mochila al hombro
Badajoz

Curas con la mochila al hombro

Se celebra el Domingo Mundial de las Misiones con el objetivo de financiar el trabajo de los proyectos pacenses en distintos países El Arzobispado de Mérida-Badajoz tiene 150 misioneros en el mundo

NATALIA REIGADAS

Domingo, 20 de octubre 2013, 11:37

Hoy se celebra el Domingo Mundial de las Misiones, más conocido como Domund. En las calles de Badajoz encontrarán voluntarios pidiendo una pequeña aportación y los generosos volverán a casa con una pegatina en el pecho. El destino del dinero es subvencionar las misiones que se llevan a cabo en países extranjeros con problemas de subsistencia. En esas zonas remotas hay 150 misioneros de la diócesis pacense, muchos de ellos religiosos con la mochila a la espalda.

«Ser misionero es una vocación especial, un carisma especial. Un talante», resume Gabriel Cruz Chamizo, delegado episcopal de Cooperación Misionera en el Arzobispado pacense. Este representante destaca que España cuenta con 14.000 misioneros lo que supone ser el país del mundo con más religiosos en esta actividad. Llegan, además, a 130 países del mundo.

Desafiar a la crisis

Por esa razón Cruz Chamizo explica que es muy importante la recaudación del Domund ya que es la forma de costear los programas que llevan a cabo en las misiones. En los últimos años la crisis económica ha provocado que las aportaciones bajen de 240.000 en 2008 a 207.000 el año pasado. Sin embargo reconocen el esfuerzo de los pacenses y la solidaridad a pesar de las circunstancias.

El Arzobispado de Mérida-Badajoz coordina misiones en distintos países. Hay actividades en Argentina, Costa Rica, Puerto Rico o Zimbawe. Destaca, sin embargo, la presencia pacense en Perú donde hay más sacerdotes que otros lugares y además dos comunidades de religiosas que dependen de esta diócesis.

Uno de los párrocos pacenses más unidos a Perú es Joseli Ardilas Codosero que lleva 22 años viviendo allí. Ha venido a Badajoz unas semanas para casar a su hermana, pero el jueves pasado volvió al departamento de Cajamarca. «Me voy contento porque estoy haciendo lo que me gusta y es lo que me llama. Voy a 'jartarme' de trabajar pero contento», decía Joseli poco antes de partir. El lema este año del día del Domund es 'Fé más Caridad, igual a Misión'. Este misionero añade: «Es al revés. A mi la misión me hace tener más fé y más caridad».

Ardilas Codosero lleva 20 años llevando agua corriente a las localidades donde no llega e implicándose en la creación de comedores sociales. Recuerda que lo que más le impactó al llegar a Perú «fue ver niños pasando hambre». Afortunadamente indica que estos años han servido para ver un cambio.

En este punto coincide su compañero Diego Isidoro García que pasó más de 17 años en el país andino y destaca el antes y el después. «No solo se trata de dar catequesis, sino de cambiar la realidad mundial. Tratamos de que tengan otra calidad de vida, otra formación».

Sin futuro

Un ejemplo de Diego Isidoro son las mujeres peruanas con las que el trató en su estancia allí. «Antes no había expectativas de futuro. Las niñas con 14 años buscaban marido. Los niños se ponían a trabajar y muchos 'coqueaban' (mascar hojas de coca). Ya se enganchaban de jóvenes». En esa comunidad, en Chachapoyas, el Arzobispado pacense ha puesto en marcha un instituto de secundaria para que los niños no tengan que dejar de trabajar y también ha abierto una residencia universitaria, un refugio para los que pueden optar a una educación superior.

Otro ejemplo de la importante labor que desarrollan, según Isidoro, es que también apoyan a que se produzca un cambio social. «Hicimos un programa de apoyo a los nativos para ir a la universidad. No fue un éxito por razones culturales, de costumbres, pero fruto de esa ayuda crearon un grupo político para defender sus derechos y poco a poco van uniéndose y peleando».

Los programas de salud también son vitales según este misionero. «Los cuidados médicos son muy costosos allí porque no hay Seguridad Social. La parroquia puso la primera farmacia de la zona que funcionaba con trueque, por un pollo o por lo que se trajese. Se trataba de que pudiesen comprar medicamentos pero que se valorase con un pago. También somos la única institución que ayuda a los mayores al ir al hospital y si hace falta les costea las medicinas».

Otro sacerdote pacense que pasó mucho tiempo de misiones es Antonio León que actualmente es párroco en Suerte de Saavedra. Volvió hace cuatro año y dice que aún se está adaptando. Explica que estar a 10.000 kilómetros de tu ciudad y tu familia es complicado. «Hay días que piensas que es duro porque es estar lejos de la familia pero, cuando estás allí, no sientes esos porque sientes a esa gente como tu familia».

León estuvo 22 años en Perú, por ejemplo, llevando agua potable a los pueblos, pero dice que, más allá de los proyectos, realizan otra labor. «Acompañarlos, escucharlos. Ser un miembro de su familia».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy Curas con la mochila al hombro