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Las ratas se cuelan por un hoyo sin tapar de Menacho
BADAJOZ

Las ratas se cuelan por un hoyo sin tapar de Menacho

El hueco lo dejó un árbol que se hundió en primavera, pero no es el único alcorque en mal estado de la calle

A. GILGADO

Viernes, 25 de octubre 2013, 10:52

El concejal de Medio Ambiente, Antonio Ávila, explicó las ventajas de los alcorques de caucho cuando llegaron a la ciudad en diciembre de 2010. Invirtió más de 100.000 euros en rellenar con goma blanda el entorno de los árboles en Menacho y Santa Marina.

La aplicación resuelve muchos problemas. Corrige el desnivel con el suelo y por tanto reduce la posibilidad de tropiezos de los peatones, mejora el tránsito de las sillas de ruedas o de los carritos de bebés y facilita la limpieza.

Pero el caucho también sufre el paso del tiempo y si no se refuerza se convierten en un problema. Hace más de seis meses que una de estas planchas instalada en la calle Menacho cedió y el hoyo que dejó se ha convertido en un coladero para las ratas.

No es el único que se encuentra en mal estado. De los 65 alcorques que se pusieron en la vía, uno cada cuatro pasos, hay tramos donde cuesta encontrar el corcho a ras del suelo o sin grietas.

En las hileras del intervalo que discurre entre las calles Vasco Núñez y Guardia Civil es donde más se aprecia el deterioro a los pies de los árboles.

Entre las dos esquinas hay una treintena y se ven las placas de caucho hundidas o directamente arrancadas del suelo. Para evitar tropezones a los peatones se han señalizado algunos de los que ya han perdido la base. Eso ocurre, por ejemplo, junto a una tienda de ropa joven próxima al cruce con Guardia Civil.

Allí lleva desde hace meses una valla azul de la Policía Local. Según explicó una de las dependientas se puso después de que varias mujeres se trastabillaran con los tacones.

En un principio se echó tierra para salvar el desnivel, pero a los pocos días ya se había esparcido y volvieron de nuevo los tropezones. Al final se quedó la valla.

A pocos metros además allí hay otra advertencia más escandalosa que forman un triángulo amarillo con tres cancelas.

Allí se hundió en marzo el árbol que sostenía el alcorque y dejó un hueco de más de dos metros. Para evitar caídas los propios comerciantes lo han tapado con tres planchas de plástico.

En el bloque cercano, los residentes tienen miedo de que el hueco se agrande y entran al portal pisando sobre una pasarela metálica improvisada por si también cede parte del suelo. Además del miedo a los hundimientos, en la calle temen a los roedores.

Marisa Márquez regenta una pastelería a pocos metros de este pequeño socavón y ha pedido explicaciones en el Ayuntamiento, pero en el Consistorio le han dicho que la reparación no depende de Vías y Obras y le han remitido a la empresa constructora que se encargó de hacer la obra de la calle.

En este tiempo, según cuenta Marisa y varios vecinos de su local, se han visto algunas ratas que salen a la calle desde el subsuelo. En el interior se ve una tubería de PVC y varias acometidas por la pueden llegar los roedores. A mediados de septiembre uno de los camareros que trabaja en el bar de la esquina mató a una rata que vio correr por la calle y, según cuenta María, parecía un conejo por su tamaño. Le hizo fotos con el móvil para denunciarlo y por previsión decidió llamar a una empresa de control de plagas para que le desratizara la tienda. Dice que de momento, no ha entrado ninguna, pero cada pocos días llega algún vecino diciendo que alguien ha visto alguna cerca. Temen que en los alcorque de la misma hilera, casi todos abierto y casi hundidos se repita lo de marzo.

En la continuación de la calle hasta la plaza de la Soledad, igualmente peatonal, se utilizan también los alcorques de caucho, pero reforzado con losetas y han aguantado mejor el paso del tiempo.

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