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¿Qué ha pasado hoy, 20 de abril, en Extremadura?
Un camión descarga en la explanada del punto de acopio de Astrancoex en las Cuestas. :: PAKOPÍ
El punto de acopio de escombros en las Cuestas ya tiene licencia de apertura
BADAJOZ

El punto de acopio de escombros en las Cuestas ya tiene licencia de apertura

Empezó a funcionar hace meses y ahora recibe la autorización oficial para mantenerse otro año más

ANTONIO GILGADO

Lunes, 4 de noviembre 2013, 08:42

Con la documentación que recibieron la semana pasada, se puede decir que Badajoz da un paso más para gestionar los residuos y escombros de obras cumpliendo la ley.

Astranscoex, la asociación que aglutina a muchos de los transportistas de ripios de la ciudad, lleva desde abril del año pasado vertiendo en una parcela que les cedió el Ayuntamiento en las Cuestas. El acuerdo sirvió para poner fin al vertedero ilegal y aportó una solución provisional al sector hasta que llegue una planta de reciclaje a la ciudad.

A aquel acuerdo de entonces le faltaba un permiso de apertura que ahora ha firmado la Junta de Extremadura, según confirma Manuel Llera, presidente de la Astrancoex.

En este tiempo han podido funcionar sin el permiso porque la ley les permitía abrirlo y agilizar el trámite siempre que no hubiera resolución en contra.

Los empresarios tienen permiso sobre esta parcela hasta finales de 2014 porque el Ayuntamiento cedió los terrenos por dos años, aunque puede prorrogarlo cuando llegue el momento. Llera cree que podría alargarse por más tiempo porque parte de los áridos que entran procedentes de las obras se compactan y se utilizan para regenerar el entorno del antiguo vertedero y cuanto más tiempo permanezca abierto, más terreno se va a recuperar.

Astrancoex presentó a la Junta su proyecto ambiental de recuperación para las siete hectáreas cedidas, pero creen que podrían extender su acción al resto de espacio que queda por limpiar.

Los camioneros de ripios de la ciudad creen que en todo este proceso han sido víctimas del fuego cruzado entre los políticos. Al vertedero y a las escombreras ilegales se recurre con frecuencia en las disputas entre la oposición y el equipo de Gobierno. Su portavoz, Manuel Llera entiende que a veces se ha utilizado esta cuestión sin valorar el cambio que han dado al entorno de la carretera de Campomayor.

Las montañas de vertidos y escombros que se veían desde la carretera a la altura del centro de menores del Marcelo Nessi han desaparecido por completo.

La expansión incontrolada de los vertidos fue la consecuencia de los años de más actividad en el campo.

A la reproducción le puso freno una moratoria europea de medio ambiente que obligó a reciclar los escombros en enero de 2012.

Cuando se diseñó la norma se suponía que Badajoz tendría ese año una planta propia, pero el tiempo se echó encima y los camioneros entraron en una situación de ilegalidad con riesgos de ser sancionados por el Seprona. El punto de acopio provisional arregló el vacío legal y la licencia de apertura que recibe ahora da el espaldarazo que necesitaba hasta que llegue definitivamente la planta de reciclaje, un proyecto que corría prisa en los años del 'boom' de la construcción pero para el que ahora no hay urgencia.

«Esto no es como antes, aquí todo lo que entra se recicla. Cualquiera que venga se da cuenta de la diferencia», explica Llera, quien lamenta que en muchas ocasiones algunos representantes políticos hayan hablado de la planta sin visitarla.

Los responsables han cerrado con una valla el perímetro que les cedió el Ayuntamiento, en un futuro plantarán una barrera vegetal y con maquinaria pesada han sellado el sustrato de basura enterrado.

En la planta trabajan cinco personas y de momento, con el parón de la construcción, no resulta rentable. Pero tampoco se concibió para ganar dinero, fue una salida para que el transporte de escombros en la ciudad no se encareciera demasiado por tener que moverlos hasta Olivenza, Mérida o Almendralejo.

Los transportistas estiman que este punto de acopio genera en estos momentos sólo un 20% del volumen que subía hasta el vertedero incontrolado antes del frenazo en la actividad. Entonces descargaban por el camino de la carretera de Campomayor casi una treintena de contenedores de obra, ahora llegan a cinco o seis en el mejor de los casos. Además del parón en la construcción también influye en este descenso la proliferación de escombreras ilegales. Hasta el 2012 cualquiera que hiciera una pequeña reforma en casa podía sin problemas acudir hasta las Cuestas y dejar allí los restos sin coste alguno. La normativa de reciclaje se diseñó bajo la filosofía de «el que contamina paga» y todo el que vaya al punto de acopio o a cualquier planta de reciclaje tiene que abonar un canon por lo que deja.

El problema viene porque muchos prefieren seguir haciéndolo gratis y se arriesgan a dejarlo en caminos y solares a escondidas.

El canon por los residuos llegó además en el peor momento económico. Muchos constructores se negaron a repercutir el precio a los propietarios de las casas para evitar perder la obra y algunos camioneros que se quedaron sin trabajo también accedían a dar el servicio más barato y se ahorraban pagar para reciclar.

Un contenedor pequeño con restos poco contaminantes puede suponer al que genera el residuo 60 o 70 euros, mientras que saltarse el reciclaje y abandonar los ripios en un camino cuesta 35 o 40 euros.

Antes de la crisis de la construcción operaban en la ciudad entre 35 y 40 transportistas de ripios y cada uno, de media, movía dos al día. En plena actividad, Badajoz generaba 240 metros cúbicos de escombros. Era la época en la que se levantaba Cerro Gordo, la Pilara o algunas promociones en la Banasta y Ronda Norte. Ahora apenas se mueven entre cinco o seis contenedores y algún camión grande.

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